Maserati tienta a los ceutíes.

Cuatro bestias metálicas descansan aparcadas en pleno paseo peatonal en la Plaza de la Constitución. Son cuatro relucientes Maserati, con su inconfundible frontal como las fauces de un tiburón de metal diseñado por Pininfarina y su icónico logo, el tridente de Neptuno, brillando en el morro desafiante.

Cuatro maravillas de la ingeniería italiana que ha traído a Ceuta el prestigioso y centenario concesionario C de Salamanca, en concreto desde su sede de Marbella, dispuesto a abrir el mercado a este lado del Estrecho. Un esfuerzo de logística que aseguran merece la pena. La prueba es que han venido además varios directivos de la matriz de la marca en España, convencidos de que Ceuta es un mercado potencial, aunque esté muy "germanizado" por las grandes marcas de lujo. En C de Salamanca apuestan por "diversificar" el mercado automovilístico ceutí, abrirlo al gusto por los automóviles. Y ahí los italianos no tienne rival. 

Una marca que ofrece, explica el director de marketing de C de Salamanca, algo más que el lujo y el alto rendimiento deportivo, algo que puede encontrarse también en otras marcas inglesas o alemanas. Maserati en cambio tiene "pasión" y "corazón", explican, algo que se nota en el diseño "quirúrgico" de sus carrocerías y un acabado interior "milimétrico" en madera y cuero ignífugo.

Pero estos cuatro que se exhiben en el puente de la Plaza de la Constitución no son los únicos Maserati que circulan por Ceuta. Otros tres ceutíes pueden presumir de conducir uno. Ceutíes que además de clientes son embajadores de la marca, agradecen desde C de Salamanca. Uno de esos cliente-embajador es Premi Mirchandani, que se declara enamorado de Maserati, de su diseño, de su conducción y, sobre todo, de su sonido. Inconfundible, asegura. Un rugido que no se escucha, se siente bajo el asiento.

Si siente la tentación de sentir un Maserati aún está a tiempo, pásese por la plaza de la Constitución. Y si se considera un cliente potencial, le esperan esta noche, desde las 21.00 horas en la terraza de El Cielo en el Parque Marítimo del Mediterráneo.



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