Bel ha tergiversado de nuevo los hechos sobre las intenciones del Gobierno con esta obra, asegurando que siempre se quiso que su uso fuese "eminentemente cultural", pese a que para tal efecto hiciesen falta varias denuncias y sentencias, que por cierto fueron recurridas con el dinero de las arcas municipales, pese a que el fallo tan sólo perjudicaba a la empresa privada Manzana del Rebellín S.L.
La última fase de las obras, con un valor de 8,5 milones de euros, ha sido de nuevo adjudicada a Corsán, que se tendrá que encargar de tareas como el revestimiento, la cubierta del auditorio, o los proyectos de telecomunicaciones y de acústica.
La intención del Ejecutivo es que todo el conjunto esté terminado y operativo para la primavera de 2010.