Cinco meses

Trace no pierde dinero en ninguno de los escenarios contemplados en la auditoría de la limpieza pública

Trace todavía no ha implementado el plan de gestión de flota que exigen los Pliegos de la concesión.

El análisis a fondo de la concesión que Fernando Ramos se comprometió hace cinco meses a terminar en dos ya está concluido en su parte económica pero todavía no en la técnica, aunque las disputas entre Gobierno y empresa han amainado. Caballas lamenta que el Ejecutivo le vete el acceso a los informes evacuados.

El servicio de limpieza pública viaria y recogida de residuos que Trace presta desde hace exactamente cinco años no es deficitario. La empresa recibirá este año 17,2 millones, 700.000 euros más de los que cobraba Urbaser en 2012, el último año completo que gestionó la concesión. Así lo creen al menos los técnicos de la Ciudad que han elaborado la parte económica de la auditoría que el consejero de Medio Ambiente, Fernando Ramos, se comprometió hace cinco meses a elaborar en dos y que todavía no está finiquitada en su vertiente técnica.

Hasta que no la remate, el Ejecutivo no quiere que la oposición, al menos Caballas, conozca su contenido. “La parte económica está lista y concluye que la concesionaria del servicio no pierde dinero en ninguno de los tres escenarios contemplados pero el Gobierno se niega a que tengamos acceso a ella hasta que no concluya la parte técnica, de la que supuestamente se deducirá si la empresa cumple o no con las obligaciones recogidas en los Pliegos”, ha lamentado Juan Luis Aróstegui.

De acuerdo con la información recopilada por el diputado de Caballas, los técnicos de la Ciudad han analizado el equilibrio económico-financiero de la concesión “sobre tres escenarios posibles: el mejor para la empresa, el peor y uno intermedio, ya que existen distintos gastos que no ha sido posible imputar correctamente, pero en ninguno de ellos se ha detectado una situación deficitaria”.

En su momento más tenso, a finales del año pasado, cuando la cuerda se dio por rota varias veces, Administración y empresa se presentaron reivindicaciones cruzadas por un importe de aproximadamente 5 millones de cada una con respecto a la otra parte. Conforme se fue acercando Navidad, el tema fue desapareciendo de la agenda pública para el Gobierno, que ni siquiera ha aclarado si sigue detrayendo dinero a Trace de sus certificaciones, como empezó a hacer en verano, por no cumplir hasta un 20% de sus obligaciones.

La Ciudad comenzó en verano, cuando Vivas dijo que se estaba “cargando de razones”, para meterle mano a Trace, a dejar de pagar parte de las facturas. Según Aróstegui “desde junio del año pasado cada mensualidad se han pagado entre 200.000 y 100.000 euros menos a la adjudicataria por incumplimientos de los Pliegos, aunque el Gobierno tampoco ha aclarado si ha abierto algún expediente por ello y, en caso negativo, por qué no actúa”.

Las cuatro patas del banco

En paralelo, la Ciudad Autónoma prevé destinar este año 3,6 millones de euros a financiar la realización de “actuaciones complementarias” de limpieza y adecentamiento de Ceuta por parte de Tragsa, una encomienda que se activó el verano pasado con la retirada de algas de las playas como uno de sus puntos centrales pero a la que se ha decidido darle continuidad con más presupuesto durante todo el ejercicio.

Aunque el Comité de Empresa de Trace denunció no pocas veces que los operarios de Tragsa se inmiscuían en ámbitos de su competencia, sus quejas al respecto han cesado.

Según fuentes de la Asamblea, el Ejecutivo local confía en que la plantilla a sueldo de la sociedad pública sea eficaz para atajar de inmediato las recurrentes quejas de los representantes vecinales por el estado deplorable que llegan a presentar algunas barriadas, así como para permitir que parte de la plantilla de la concesionaria de la limpieza pública pueda mejorar sus contratos a tiempo completo, una reivindicación histórica de los sindicatos, concentrando esos recursos humanos en el trabajo de lunes a viernes y evitando sobrecostes de sustituciones para Trace.

Que todas las piezas del puzle encajen depende de que los técnicos certifiquen que los servicios recogidos en los Pliegos se satisfacen. Para cumplir sus tareas de control (reforzadas con personal político en forma de ‘controladores de servicios’), al personal de la Ciudad le siguen faltando herramientas como el plan de gestión de flota que permitiría ubicar y revisar los recorridos de los vehículos de Trace, que no ha implementado ese instrumento.