JORNADAS DE GEOPOLÍTICA

Tiempos difíciles para un analista geopolítico

Tiempos difíciles para un analista geopolítico
El coronel Pedro Baños durante su ponencia en las Jornadas de Geopolítica
El coronel Pedro Baños durante su ponencia en las Jornadas de Geopolítica

Hubo un tiempo, hasta 1991, final oficial de la Guerra Fría, en la que no solo sabías a ciencia cierta quién era tu enemigo sino que lo sabías todo sobre él, sus fortalezas y sus debilidades, sus objetivos y sus estrategias. “Hoy te puedes levantar con un aliado que ya no lo es a la hora acostarte”, resume en las XV Jornadas de Geopolítica y Geoestrategia de la UNED, el coronel y analista Pedro Baños, y el enemigo del siglo XXI es “líquido”, los escenarios volátiles y con líderes que pueden cambiar de opinión de la noche a la mañana, “ya sabéis a quién me refiero”.

La geopolítica ni siquiera cabe ya en un mapa, el ciberespacio y el espacio sin ya escenario de batallas, los actores cambian, mutan y las alianzas son cada vez más endebles. Factores cambiantes que hacen del analista geopolítico un oficio de riesgo. “Hay que aventurarse y el mudo ahora es tremendamente impredecible, sobre todo ahora que los acontecimientos se precipitan”, asume Baños señalando que “lo que antes tardaba años ahora puede cambiar con una velocidad inusitada”. La irrupción de actores como Donald Trump lo hace “cada vez más complejo”. “Ya no sabemos si mañana va a entrar en guerra con Corea del Norte o con China o con cualquier otro escenario”.

Un nuevo escenario en el que ni tan siquiera los enemigos, con la irrupción de amenazas inasibles como DAESH o Al Qaeda, o las hegemonías están ya claras. Lo que sí es indudable es que EEUU ya no tiene el dominio hegemónico “China le ha ganado a Estados Unidos la globalización, un invento americano”, apunta Baños señalando el crecimiento no solo económico sino también militar de China, que acaba de botar su segundo portaaviones, el primero de fabricación propia y está reforzando su infantería de marina, una fuera militar netamente ofensiva, destaca sin olvidar otros escenarios “congelados” o “estancados”, como los casos de Crimea y Siria.

Pero pese a este escenario orwelliano de potencias enfrentadas en un carrusel de alianzas, Baños insiste en que la principal amenaza es silenciosa: el crecimiento demográfico, la amenaza “de la que no hablan los políticos”. Y es que la población crece y demanda servicios y derechos y un nivel de vida “que ve en la televisión” y que es imposible de garantizar para todos. Un punto de fricción que, augura, será el motivo de la siguiente guerra.

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