Un viaje desde los años ochenta a los ritmos latinos con Javier Ojeda en la Sala Bloom

Un viaje desde los años ochenta a los ritmos latinos con Javier Ojeda en la Sala Bloom

- El malagueño repasará sus últimos discos y sus grandes éxitos con Danza Invisible este viernes, a las 00.30 horas en  el Poblado Marinero

- En su último trabajo colabora con artistas de la talla de Chucho Valdés, Sara Baras o Chiquito de la Calzada


Fue una de las voces más personales de los Ochenta en la escena pop nacional, Javier Ojeda y su Danza Invisible eran el toque caribeño llegado de Málaga para dar color a la Movida. Sus canciones tenían esa rara la capacidad de quedarse sonando en la cabeza durante décadas: ‘Yolanda’, ‘Por ahí se va’, ‘El Club del Alcohol’ o aquella peculiar oda secreta al cunnilingus que fue ‘Sabor de amor’ son parte de la banda sonora de una generación que tiene este fin de semana una cita con Javier Ojeda en la Sala Bloom, en el Poblado Marinero desde las 00.30 horas. Las entradas ya están a la venta en el propio local, en el Poblado Marinero.

Hace apenas once meses que Javier Ojeda y su banda de toda la vida, Danza Invisible, pasaron por el escenario del Real de la Feria 2015, este próximo viernes 8, a medianoche, el malagueño vuelve a Ceuta, esta vez acompañado de cinco músicos en un formato distinto dividido en dos bloques. En el primero despliega sus canciones de la etapa en solitario, especialmente el último o, mejor dicho, los últimos, Barrio La Paz, un trabajo dividido en dos discos y tres actos con su nueva banda, los Hispano-Cubans.

Barrio de La Paz representan “la confluencia perfecta de la clase vocal y la capacidad aglutinadora de Ojeda con el brillo inmarcesible de sus compañeros de sesión”, explica el músico en su web. Ojeda revisiona, reinterpreta clásicos dándoles una nueva vida, un nuevo ritmo. ““Lágrimas”, un rompepistas soul de Womack & Womack, recientemente adaptado por Joss Stone, aquí se convierte en un rabioso boogaloo que parece transportarla a una cuarta dimensión”, por ejemplo.

Un trabajo en el que confluyen músicos y colaboradores de lujo: el pianista cubano Amat, co-productor del álbum junto a Miguel Paredes y el mismo Ojeda; apariciones estelares de Celia Flores, Daniel Casares, Irene Lombard, Pancho Amat (padre de Daniel), Genara Cortés y varios habituales de Chambao.

Una apuesta que Ojeda dobló para el siguiente disco, los actos 2y 3 de Barrrio La Paz reunidos en un solo compacto, con los mismos compañeros de viaje que en el primer acto, con “las acrobacias pianísticas de Daniel Amat, el bajo sinuoso de Yohany Suárez, las percusiones juguetonas de Bárbaro Pimienta, la batería ajustada de Paco Vílchez y la producción exuberante de Miguel Paredes”, pero añadiéndole el apabullante despliegue de más de 40 músicos invitados: el extraordinario Chucho Valdés, ganador de 9 Grammys, en dos de las canciones, y la no menos importante de LaMari de Chambao o la bailaora Sara Baras, aquí al taconeo. Pero también están viejos compañeros de los 80 como los vocalistas de La Guardia, La Frontera y 091, junto al resto de componentes de Danza Invisible al completo. Tampoco faltan las nuevas generaciones de músicos malagueños como El Kanka, Irene Lombard o la vocalista de Dry Martina. Y en los diálogos, ya que se trata de una obra coral, las voces invitadas de Chiquito de la Calzada, Juanma Lara o Salva Reina “Chuky”, entre otros.

Un viaje desde los años ochenta a los ritmos latinos con Javier Ojeda en la Sala Bloom


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