La karateka Sandra Sánchez (considerada la mejor de la historia en su categoría, pluricampeona de Europa, del Mundo hace pocos meses y Premio Nacional del Deporte de España en 2017) y el nadador nadador paralímpico Israel Oliver, que acumula cuatro medallas olímpicas, han visitado a primera hora de la mañana de este jueves el Colegio Concertado San Daniel para someterse a las preguntas de su alumnado antes de, esta tarde, participar en la Gala del Deporte del ICD que tendrá lugar en el Auditorio del Revellín.

Acompañados por los olímpicos ceutíes José Ramón López Díaz Flor y Lorena Miranda, la gerente del ICD y la directora del centro escolar, Sánchez y Oliver, extremadamente humildes, cercanos y amables, han subrayado la importancia de ser considerados, más que estrellas del deporte femenino o adaptado, "deportistas sin etiquetas".

Sánchez ha explicado a los jóvenes 'periodistas' del colegio que con 4 años sus padres la llevaron a clases de baile mientras que a su hermano le apuntaron a karate. La pequeña se empeñó en hacer lo mismo. Desde entonces "hasta hoy" previo paso por Australia y Dubai sin dejar de hacer historia: en 2015 por ser la primera española en la modalidad de katas que conseguía alzarse con el primer puesto de la Liga Mundial de Kárate; el año pasado, por ser reconocida por la Federación Mundial de Kárate como la mejor de la historia en su categoría después de permanecer durante tres años seguidos como líder del ranking.

Oliver, que en su momento, ya con medallas olímpicas colgando del cuello, no encontraba un club que le ofreciese las condiciones que necesitaba para seguir progresando, ha agradecido al ICD haber sido incluido en la Gala del Deporte "como un deportista más, no solo como paralímpico, sin etiquetas añadidas".

El nadador ha reconocido que hay que seguir dando pasos hacia esa plena inclusión y Sánchez, que entrena seis horas seis días por semana, ha destacado que en su disciplina también hay retos pendientes e incluso nuevos escollos como la reciente decisión del COI de excluir el Karate de las Olimpiadas de 2024, una postura frente a la que se ha comprometido a dar la batalla.