Sigue el bipartidismo rampante autoalimentándose y tratando de concentrar el voto aun a riesgo de caer aún más en la confusión que ya parecen arrastrar los electores entre las dos formaciones tradicionalmente mayoritarias del país. La eurodiputada, Iratxe García, pasó por Ceuta este lunes y lo hizo para reducir la cuestión electoral a dos opciones: o Partido Popular o PSOE. Aunque para ella, claro, sólo hay una, la socialista.

Caso omiso a las encuestas que señalan un desgaste de ese bipardismo y la creciente desconfianza de los españoles. Así, desde el PSOE, se ven diferencias notables con el Partido Popular. García repitió el lunes en Ceuta algunos de los mantras que ya lanzara Hernando hace justo una semana, antes de convertirse él mismo en diana bipartidista en contrapeso con las acusaciones a Arias Cañete.

Lo que el PSOE propone es “poner fin al austericidio”, en palabras de García. “Europa no es un ente abstracto. Hay hombres y mujeres gobernando. La mayoría es la que ha decidido y ha provocado el austericidio y las políticas de recorte. Hay otra forma de hacer Europa. Otras políticas. El PSOE propone frente al control del déficit políticas de crecimiento e inversión y de apoyo al empleo. Los índices de desempleo se han vuelto insostenibles ¿Qué le vamos a ofrecer a las jóvenes generaciones?”, hiló la eurodiputada.

La presencia de la socialista vino a ser un apoyo a Izaskun Bernal, de la que dijo sentirse “orgullosa”, exactamente como Hernando, hace siete días, repitiendo un guión casi calcado.

En esas diferencias con el PP, García marcó otra, la apuesta por sancionar a las grandes fortunas y las transacciones financieras en lugar de las pequeñas y medianas empresas y a los autónomos, para redistribuir la riqueza a través de las inversiones públicas.

García sí lanzó un dato, se estima que el fraude fiscal en el conjunto de la Unión podría arrojar a la superficie un billón de euros si se lucha eficaz y decididamente contra esta práctica. Un billón de euros que la socialista no dudaría en invertir en políticas de estímulo y de refuerzo de los asuntos sociales. O en paliar el sufrimiento de los 126 millones de pobres con los que cuenta la Unión Europea a día de hoy. Un conjunto del que España es el según país que más aporta.