Las mercancías susceptibles de acabar en Marruecos serán gravadas con una tasa del 0,6% de su valor


Las mercancías susceptibles de acabar en Marruecos serán gravadas con una tasa del 0,6% de su valor

- El objetivo es “financiar” la prestación de servicios “de diversa índole” que lleva aparejado “el transporte de determinadas mercancías en régimen de viajeros" hacia el país vecino

- Quedaría exentos los productos que evidentemente no entran en ese círculo como los materiales de construcción o los vehículos

- En paralelo se rebajará el IPSI en el mismo porcentaje

El Gobierno de Ceuta piensa implantar una nueva tasa sobre las mercancías que llegan a la ciudad autónoma y son susceptibles, conforme a los estudios realizados, de terminar en Marruecos por un montante equivalente al 0,6% de su valor declarado, según ha adelantado el Ejecutivo local a los grupos de la oposición.

En febrero el Pleno aprobó inicialmente la implantación de tasa que conllevaría para el importador el pago de 0,15 euros por kilogramo de “prendas y complementos de vestir y sus partes, mantas, ropa de cama, mesa, tocador o cocina, artículos de tapicerías, calzado, sombreros y demás tocados, que cumplan alguna de las condiciones siguientes: tener señales apreciables de uso o presentarse a granel, balas, sacos, bolsas, fardos o acondicionamientos similares”.

La propuesta, que prosperó con los únicos votos a favor del PP, la abstención de Ciudadanos y la oposición frontal de PSOE, Caballas y MDyC, ha sido sometida a una revisión a fondo. En primer lugar se ha cambiado el tipo de gravamen, que ha pasado a ser porcentual y no fijo, y también ha variado el material a gravar, que ya no será solo la prendería sino todos los productos que, de acuerdo con los distintos informes evacuados durante los últimos años, alimentan el comercio con destino al país vecino.

Solamente quedarán exentos aquellos que de forma evidente no entran en ese círculo económico que tiene como punto de paso como los materiales de construcción o los vehículos, por citar dos casos obvios. El Ejecutivo local tampoco ha incluido, pese a que lo barajó, una referencia expresa al lugar de destino en la ciudad de la mercancía para limitar la imposición, por ejemplo, a las naves radicadas en los polígonos del Tarajal.

La Consejería de Hacienda que lidera Susana Román prevé dar el paso con otro movimiento impositivo paralelo, una rebaja en la misma proporción del IPSI Importación, para no perjudicar al empresariado con más presión fiscal ni propiciar un incremento de los precios que acabase repercutiendo sobre los consumidores ceutíes.

El objetivo de la tasa no ha variado: “financiar”, aunque sea parcialmente”, la prestación de servicios “de diversa índole” que lleva aparejado “el transporte de determinadas mercancías en régimen de viajeros a través de los espacios aledaños a la frontera con el Reino de Marruecos” y que se cifra en millones de euros al año. La Ciudad Autónoma calcula que podrá conseguir alrededor de 3 millones de euros cada ejercicio con la recaudación de esta nueva tasa, mientras que el descenso en la recaudación del IPSI vendría soportado por la compensación legal que asume la Administración General del Estado.

Un cálculo complicado

El catedrático de econometría Joaquín Aranda realizó hace casi diez años una aproximación al difícil reto de señalar y cuantificar las mercancías que llegan a la ciudad y, de un forma u otra, no solo sobre porteadores, termina en el país vecino. Su método fue poner en relación las compras que realiza la ciudad con la estructura de consumo de las familias residentes.

Así, la estructura de consumo estimada para la ciudad indicó que el 7,986% del gasto de las economías domésticas estaba destinado hace diez años a las prendas de vestir; el 0,516% a productos de textil hogar, el 2,0224 a calzado y el 0,5519% a café, te e infusiones. En relación, por ejemplo, con el gasto en café, te e infusiones, detectó que una familia media de Ceuta gastaría 12,86 veces más en prendas de vestir que en café; prácticamente lo mismo en artículos de textil-hogar (0,93) y 3,66 veces más en calzado.

Realizando el mismo ejercicio tomando como referencia las compras de café, te e infusiones que realiza la ciudad frente a las compras de prendas de vestir, en artículos de textil hogar y calzado, el resultado fue “particularmente diferente” porque entonces las compras de prendas de vestir eran 21,55 mayores que las de café; las de textil hogar superaban en 18,37 veces a las de café y las de calzado lo hacían por un equivalente a 10,27 veces más.

“No cabe duda que aunque las limitaciones son grandes y de todo tipo, esto no hace sino reflejar que estos productos seleccionados tienen un destino, primordial, hacia el consumo de no residentes, en general producto asiático, en el que cabe pensar que existe poca o ninguna diferenciación por calidad o diseño y si por precio”, apuntó.

Las mercancías susceptibles de acabar en Marruecos serán gravadas con una tasa del 0,6% de su valor


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