INFORME DE JOAQUÍN ARANDA

Pros y contras de la Unión Aduanera según el oráculo de Vivas

Pros y contras de la Unión Aduanera según el oráculo de Vivas
contenedores puerto apaisada
Terminal de contenedores del Puerto de Ceuta.

Ceuta mira de reojo a su integración definitiva en el mercado comunitario con la entrada en la Unión Aduanera, una posibilidad que lleva una década acariciando sin decidirse a dar el paso. En febrero de 2008, el Gobierno y la Cámara de Comercio presentaron las conclusiones del informe de su oráculo en materia económica, el catedrático de la Universidad de Murcia, Joaquín Aranda, en el que desgranaba las ventajas e inconvenientes de una hipotética integración aduanera.

Perder beneficios, resolver el caos de la frontera; abrir mercado, perder competitividad… Pros y contras, tentaciones y peligros se alternan en un juego de sombras en el debate sobre las ventajas e inconvenientes de la integración de las dos ciudades autónomas en la Unión Aduanera. Un debate que ha reavivado el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, al poner en marcha “los trámites necesarios” para plantear al Gobierno la necesidad de integrarse en el mercado común con todas las consecuencias, aunque manteniendo las ventajas fiscales, algo harto complicado en una Unión Europea muy celosa de la igualdad en la competencia.

Un debate para el que el Gobierno ya hace una década se armó de argumentos acudiendo a su economista de cabecera, el catedrático Joaquín Aranda que, ya entonces advertía antes de desgranar sus conclusiones que “Ceuta se encuentra en estos momentos en una encrucijada para definir su modelo económico de largo plazo”. Encrucijada en la que sigue la economía de la ciudad,, bloqueada ahora por un problema que entonces no existía: una frontera colapsada.

Oportunidad y futuro

En este juego de una de cal y una de arena que supone enfrentarse a la idea de entrar, de verdad, en la Unión Europea, Aranda insiste en que es una “oportunidad” para poner solución a los “puntos débiles” de la ciudad, también los geopolíticos, pues supondría “un impulso al estatus actual de la ciudad, como territorio comunitario, que la conformaría como frontera sur de la UE” y contribuiría “y no poco”, a “eliminar las múltiples incertidumbres, reales o no, sentidas o percibidas, pero permanentes, que rodean a la ciudad de Ceuta y, sobre todo en relación con las continuadas reivindicaciones de Marruecos”. Toda una inyección de “confianza en el futuro”, augura el catedrático en su informe, que, a buen seguro, predice “daría pie a la aparición de nuevas oportunidades de negocio y a la posibilidad de que se plantearan planes de negocio a largo plazo, con tasas de retorno no especulativas”.

Turismo residencial

Y, de paso, los turistas europeos se sentirían en casa, añade el informe de Aranda, lo que añadiría atractivo turístico a la ciudad. Y no solo para quienes viajen a Ceuta, sino también aquellos europeos que elijan el turismo residencial en la zona Norte de Marruecos. Proyectos que van a generar un importante número de residentes comunitarios muchas de cuyas demandas podrían ser abastecidas desde Ceuta, ciudad europea en el norte de África y con servicios europeos. “Esta es una cuestión que no se puede dejar de tener en cuenta, con o sin integración aduanera”, avisa.

Todo un paraíso futuro que, matiza Aranda, debe tener en cuenta dos condiciones previas inapelables: una aduana comercial con Marruecos y conseguir que los residentes en la UE pudieran pasar con fluidez. .

embarque puertoEl lado oscuro

Sobra decir que el informe de Aranda nos da también un paseo por el lado oscuro de la posibilidad de integrarse en la Unión Aduanera. La primera, y más obvia, es que se resentirán las relaciones comerciales con Rusia Egipto Bangladesh Japón Argentina Nueva Zelanda, Suiza, Etiopía, Camboya, Malasia, Brasil, Australia, Turquía, Marruecos, China, Pakistán, Canadá, Ucrania, Corea del Sur, Singapur, Chile, Filipinas, Sri Lanka, EEUU, Hong-Kong, Tailandia, Uruguay, India, Taiwán, Indonesia y Vietnam, países desde los que Ceuta importa mercancías por valor de más de 250.000 euros al año.

De estos 23 país provenían los casi 115 millones de euros en importaciones que entraron en Ceuta de países no comunitarios (con datos de 2006, fecha de elaboración del estudio), apenas un 14 por ciento del total de la mercancía que importa Ceuta, de la que la inmensa mayoría, el 70 por ciento, procede de España y un 16 por ciento de la Unión Europea. Mercancía que hasta ahora entra libremente en Ceuta, a salvo de aranceles y que, de integrarse en la Unión Europea, perdería ese privilegio.

Adiós al porteo

Entre los contras, el profesor Aranda destaca uno que ahora ya no lo parece tanto y es que, advierte, la integración en la Unión Aduanera “podría contribuir a la desaparición de determinadas actividades comerciales y, sobre todo, del comercio  atípico, o cuando menos a moderarlo significativamente”

Con su integración plena en Europa, Ceuta se arriesga también a perder su identidad, advierte el oráculo de Vivas, al perder su carácter secular de puerto franco, lo que podría mermar la llegada de turistas, si es que aún quedan turistas que vengan al calor del puerto franco.

Pérdida de empleos

Siguiendo el modelo de Canarias, faro a seguir en este camino pues ya solventó con éxito su integración en la Unión Aduanera sin perder ventajas fiscales ni bonificaciones, se debería crear una figura impositiva añadida al IPSI y “no cabe duda que la combinación de ambos sería percibida muy negativamente”, avisa Aranda. Eso llevaría a una notable disminución de las ventas y de las importaciones y, por tanto, dela recaudación pública.  Todo ello, calcula el informe supondría la pérdida de 400 empleos directos y, aproximadamente, la misma cantidad en puestos de trabajo indirectos: “Esto situaría a Ceuta en un nivel económico inferior al actual a partir del cual debería desarrollar su nueva estrategia de crecimiento que se debería definir y con el problema añadido de un nuevo impacto en el empleo ya de por si en cifras complejas”. Un paisaje de inflación y pérdida de empleos en los primeros meses de la integración de la Unión Europea ante el que Aranda urge a plantear medidas de estímulo como acompañamiento al proceso, preferentemente paulatino, de integración en la Unión Aduanera.

Un panorama desalentador que devuelve a Ceuta a una encrucijada a vida o muerte. Basta leer las dos últimas líneas de las conclusiones del oráculo de Vivas: “En uno u otro caso, hay que pensar en una estrategia a desarrollar para definir el futuro”.

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