IES PUERTAS DEL CAMPO

Tres alumnos y un profesor de Ceuta, en una estancia educativa internacional "espacial" en Madrid

Tres alumnos y un profesor de Ceuta, en una estancia educativa internacional "espacial" en Madrid

El Centro Hispasat, desde donde se controlan los 8 satétlites de comunicación que tiene España. El Centro de Astrobiología. Las instalaciones de la NASA en España. El laboratorio de hidrodinámica de la Armada española. El Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) de Defensa... Y dentro de ellos, el laboratorio de ensayos de las turbinas de los aviones, el taller donde ensamblan las aeronaves espía no tripuladas...

Por todos esos sitios y más van a pasar esta semana (junto a coetáneos de Brasil, Perú, Colombia y otras regiones de España) Sulaika Alilou, Hallar Mohamed y Abdeselam Mohamed y su profesor de Física y Química en el IES Puertas del Campo, Juan Alfonso Díaz. Los cuatro han ganado este año el Premio Especial del Jurado de la primera edición internacional del Concurso Espacial Apolo con ‘Un satélite de bajo coste, el dirigible Joaquín Ruiz Peláez’, un trabajo sobre un artefacto que sería capaz de realizar misiones por encima de la altura de un vuelo comercial actuando a modo de satélite o sonda estratosférica. 

Díaz, que ya había sumado otras victorias en este mismo certamen en ediciones anteriores, se inspiró esta vez en parte en el italiano Umberto Nobile, que pilotó la primera aeronave (el dirigible ‘Italia’) que alcanzó el Polo Norte y que cruzó el casquete polar entre Europa y América.

Tras meses trabajando en la integración curricular de ecuaciones de estática de fuidos y cálculos estequiométricos e incluso conocimientos de electrolisis, el equipo firmó un cúmulo de “soluciones imaginativas” que sorprendió gratamente al jurado con forma de un dirigible que sería capaz de volar a algo más de veinte kilómetros de altura para realizar alguna de las misiones propias de los satélites (fotografías, mediciones, cartografía, espionaje...).

Su propuesta plantea múltiples ventajas sobre los satélites artificales convencionales como su coste, la posibilidad de ser gobernado a voluntad, su durabilidad (cinco veces superior), su funcionalidad... De hecho, la empresa franco-italiana ‘Thales Alenia Space’ ya trabaja en algo parecido con el horizonte de 2022.

Los ceutíes plantearon utilizar la carcasa de un avión comercial sin alas para conseguir una nave presurizada. Para propulsar el dirigible, recurrir a motores como los del avión solar que ha conseguido dar la vuelta al mundo. Para explicar cómo disponer de oxígeno han bebido de los planteamientos de Julio Verne en ‘De la Tierra a la Luna’. Para producir el hidrógeno necesario para llenar el dirigible, de 28,4 metros de ancho por 162 de largo, han sugerido recurrir al agua del mar que rodea a Ceuta.

El Concurso Espacial “Apolo” se centra en la investigación y exploración espacial, con el objetivo de "romper la brecha existente entre ciencia y humanidades". En sus seis modalidades (investigación, narrativa/cómic, robótica, multimedia, artística y experimental) busca "promover la Tercera Cultura e inculcar en los estudiantes la actitud colaborativa".

Los ganadores han sido seleccionados por el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, la Universidad de Zaragoza, la Fundación “Albireo” y la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC) de Perú, en colaboración con la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, perteneciente al Ministerio de Ciencia, Hispasat, la Fundación COTEC y la revista 'Muy Interesante'.

Tres alumnos y un profesor de Ceuta, en una estancia educativa internacional "espacial" en Madrid


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