Lecciones de solidaridad entre platos

Lecciones de solidaridad entre platos
Sólo en el Reina Sofia 170 escolares se benefician del programa

- Los menores más necesitados reciben una alimentación diaria de calidad gracias al programa de comedores escolares abiertos durante el verano

- De los 350 menores que reciben comida y merienda diariamente en los 7 centros educativos abiertos, 170 pertenecen al “Reina Sofía”


Hayar es una niña de unos 12 años aproximadamente, de mirada serena y atenta que, voluntariamente, ayuda en su colegio, Reina Sofía, para aportar su granito de arena y rodearse de sus compañeros que diariamente acuden allí para recibir el almuerzo y la merienda, además de pasar un par de horas en un didáctico entretenimiento. Como Hayar hay otras tres más. Una de ellas lleva tres años ejerciendo de voluntaria en el comedor. Ha acabado sexto de Primaria y, aunque esté en Ramadán y el año que viene pase al Instituto Abyla, no duda en seguir ayudando a sus compañeros y en manifestar su vocación de maestra y, como todos los que trabajan allí, su lado más humanitario.

Desde las diez de la mañana a las tres de la tarde, el colegio Reina Sofía, de la barriada del Príncipe Alfonso, abre sus puertas para recibir a un centenar de alumnos que están inscritos para beneficiarse del programa elaborado por la Consejería de Educación y Asuntos Sociales, tras recibir 2.500 firmas de solicitud a instancias de la coalición Caballas.

Este lunes, el centro educativo recibía a 92 estudiantes, pues, como afirma David, profesor de informática del convenio del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (MECyD), no todos comen en el propio centro. Algunos se llevan a casa sus tapers, mientras que un buen porcentaje de los alumnos superiores al curso de sexto de Primaria mantienen el ayuno a consecuencia del Ramadán, ya que la gran mayoría de integrantes del colegio son de religión musulmana. Una festividad religiosa que ha coincidido con el comienzo de lo que ha sido el primer año que la Ciudad Autónoma proporciona la apertura de siete centros educativos en el periodo estival, para así garantizar una alimentación básica a los que más lo necesitan.

Se alimentan y además se divierten

Pilar López, una de las tres cocineras del centro, muestra muy alegre el menú que les sirven a los menores. “Cinco familias con necesidad también reciben en sus casas estos alimentos”, explica Pilar López. Así se da respuesta a ese otro sector en riesgo de marginación social del que también existe demanda para que se atienda.

Lácteos, fruta, verdura, pasta, proteínas e hidratos de carbono hacen de estas comidas un menú variado y sano, a pesar de que cuando hay un plato más pesado de ingerir algunos de los niños remolonean delante de la menú hasta comérselo. Pero no es lo común. Muchos de los menores repiten ración. Enrique, del personal docente, ajeno al centro, admite su incredulidad al comprobar que algunos de los niños ni siquiera habían probado alguna vez una de las más sencillas comidas que les servían y de la que cualquiera de nivel económico medio podría disfrutar regularmente, lo cual evidencia el nivel de pobreza de gran parte de ellos. “Algunos niños no sabían ni lo que era un filete de pollo empanado cuando llegaron aquí”, afirma Enrique.

Sonríen y retiran educadamente su plato. Antes de comer, han podido disfrutar un rato en el patio y han visto una película. Además, reciben clases de informática para lecciones básicas, entre otras actividades, como taller de manualidades, de lectura, juegos educativos… Disfrutan con sus amigos y, sobre todo, son conscientes de lo beneficioso que es para ellos este programa, tal y como ha declarado uno de los padres de los menores, Mohamed Chaib. Sin llegar a unos 200 euros mensuales, Chaib se alegra de que por fin hayan aplicado un programa que él considera esencial.

Contra la pobreza infantil

Los centros “Federico García Lorca”, “Ortega y Gasset”, “Andrés Manjón”, “Príncipe Felipe”, “Reina Sofía”, “Pablo Ruiz Picasso” y “Ramón y Cajal”, son aquellos que abren sus comedores durante todo este verano gracias al Fondo Especial de Atención a la Pobreza Infantil del Estado, que otorgó 1,3 millones a Ceuta; de los que a este programa de comedores escolares se destinarán 249.000 euros. A esa cantidad se suman otros 300.000 euros de fondos propios de la Ciudad Autónoma de Ceuta para sueldos, lo que suma un total de 549.000 euros, destinados para el proyecto.

De los 350 menores aproximadamente que se benefician de esta medida, 170 son de este colegio, según explica el propio personal docente, que reconoce tajantemente que es el que más lo necesita. A los niños que ya acudían al comedor por beca, se suma un 15 por ciento de los menores que no son del centro, pero sí de la barriada.

Son familias con necesidades, en riesgo de marginación social, de renta baja o en paro, muchos de ellos son familia numerosa, sin recursos. El aumento de necesidad y de personas en paro incrementa la presión social para que se destinen más recursos a ayudas de este tipo, lo que ha hecho que, sumado a otros acontecimientos, se lleve a cabo esta medida durante el verano.

Otra de las medidas, para tratar de hacer frente a la pobreza infantil, de las que se encarga el personal fijo-discontinuo del convenio con el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte es la del Banco de Libros. Una inversión que, como ésta, también pertenece al Fondo Especial de Atención a la Pobreza Infantil del Estado, desde donde se han transferido 1,3 millones de euros. De esta forma, de los 650 estudiantes del Reina Sofía cerca del 98% se les ha prestado libros de texto gratuitos.

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