Un total de 120 maestros y profesores de Ceuta han "desbordado" la inscripción prevista en las Jornadas de Formación del Profesorado sobre las Aulas Abiertas Especializadas para el alumnado con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) que han comenzado este martes en el Salón de actos del CEIP Lope de Vega con la psicóloga Marta Casanovas, directora del Centro Ángel Rivière y de la Fundación Quinta, como ponente.

La mayoría de los interesados forman parte de los Claustros de los CEIP Lope de Vega y Maestro José Acosta (los dos que contarán este curso con dichas Aulas Abiertas Especializadas) y el Colegio de Educación Especial (CEE San Antonio). La experta se ha congratulado de este hecho y ha puesto de relieve que “podemos decir que o vamos todos juntos o nada podemos hacer y que la integración debe propiciarse en todo el centro educativo y con todo su profesorado, no solo en las Aulas Abiertas Especializadas”.

Casanovas considera que esa herramienta será "buena" si "el perfil del alumnado en términos de discapacidad intelectual y lenguaje es adecuado al trabajo en ellas”. La psicóloga ha hecho hincapié durante la primera sesión de las Jornadas, que terminarán este miércoles, en la poca importancia que a veces se da las emociones en la relación con niños con TEA pese a que la considera “fundamental” ante jóvenes con dificultades para “filtrar la información relevante”, para generar “empatía” o “un poco torpes” físicamente pero con muy buena memoria, por ejemplo, según las características clínicas del Trastorno.

Con diez años de experiencia trabajando con niños con TEA a sus espaldas, la psicóloga ha precisado que actualmente en España se sitúa en uno de cada 150 niños la prevalencia del Trastorno del Espectro Autista, aunque en Estados Unidos, con más y mejores mecanismos de detección, se eleva a uno de cada 80. No obstante, "cada vez hay y parece que habrá más casos".

“El entorno social y el nivel académico o cultural del entorno del niño no tienen nada que ver con esta patología, con la que se nace, aunque no se aprecia hasta que emerge la parte social o del lenguaje del pequeño”, amplió posteriormente durante su exposición la experta, que también dejó claro que “no tiene cura”.

Habitualmente su diagnóstico viene motivado cuando la familia o los profesionales de los centros educativos tienen alguna sospecha y derivan al pequeño al neouropediatra. Se presenta en distintos niveles de severidad en dos o tres áreas: la social, la comunicativa-lingüística y los intereses restrictivos y obsesiones.

"No hay dos casos iguales"

Ponente y asistentes han coincidido en que “no hay dos casos iguales y, a veces, ni siquiera se encuentran dos respuestas iguales en el mismo individuo de un día para otro” aunque los primeros estudios tipificaron tres perfiles patológicos: el del ‘aislado’, cada vez menos común; el del ‘pasivo’ (“muy típico cuando se habla de un niño de doce o quince meses que es ‘muy bueno’, demasiado”); y el del ‘extraño’, que se corresponde con pequeños “absolutamente desinhibidos”.

Casanovas también ha destacado que “es el tratamiento psicoeducativo el que mejor está funcionando” y ha resaltado para un alumno con TEA puede ser un auténtico “infierno” y un “caos” el ambiente rutinario de un aula “por el ruido, la estimulación sensorial o táctil”, de ahí la importancia de saber gestionar el contexto.

Los objetivos de estas Jornadas son facilitar la comprensión de los Trastornos del Espectro Autista, sus repercusiones neuropsicológicas y su detección y evaluación diagnóstica; contribuir a la inclusión educativa del alumnado con TEA; y orientar el desarrollo de los apoyos educativos al alumnado con ese trastorno.

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