“Ahora es una feria tranquila, hace diez años era para verlo”

“Ahora es una feria tranquila, hace diez años era para verlo”
Un feriante friega la pista de su atracción.

- Recorremos el Real de la Feria para saber cómo ven los feriantes a los ceutíes

- Destacan que son unas fiestas sin muchos problemas de seguridad, “más tranquila que muchas” y en la que “ya no intentan subir a tres niños con un ficha ni se te cuelan por todos los lados”, recuerdan

- "Yo a las casetas ni me acerco, siempre hay peleas, anoche hubo una con bates de beisbol”, relata un veterano de la feria caballa


El Real de la Feria dormita a mediodía sometido a un calor abrumador y envuelto un silencio impensable unas horas antes. Es momento de desperezarse y poner a punto las atracciones, fregar, ajustar y repasar todo o, simplemente, sentarse a la sombra de los cacharritos a fumar un cigarro reponiendo fuerzas tras una noche muy larga. Estamos a solas con los feriantes, el mejor momento para descubrir cómo se ve a los ceutíes desde el otro lado del espejo de la Feria.

“La gente es un poco igual en todas partes, quizá aquí un poco más tranquilo”, resume un chaval mientras friega la pista de un pequeño tiovivo. Tranquilo. La palabra más repetida por los feriantes, para bien y para mal: una feria tranquila, sin apenas incidentes pero con poca clientela. “La cosa va, sólo va”.

Muy cerca, dos feriantes andaluces, el uno granadino, el otro jerezano, fuman tranquilamente un cigarro lejos a la sombra de un castillo hinchable. El jerezano no es nuevo en la plaza, aunque no volvía “desde hace ocho o diez años”; para el granadino es su primera vez. Los dos coinciden. “Es una feria tranquila, antes era para verlo, se te subían tres chavales con una ficha, había peleas, ahora se nota que ha cambiado la actitud”, asegura el más veterano. “Es mi primera vez en Ceuta y no he visto nada raro en estos días y sí he oído comentar que ahora está más tranquila que antes”.

La misma opinión, aunque matizada, tienen los feriantes de la zona más canalla, la de las atracciones de vértigo y sustos donde reinan los autos de choque. “Hay más controles, creo que es por eso”, apunta un veterano feriante que también, como los anteriores, prefiere no dar su nombre, “pero la gente cambiar no cambia, hay gente muy buena y gente demasiado mala”. Llevaba cinco años sin pasar por Ceuta con sus cacharritos. “Cuando venía, cuidado”, recuerda, “siempre había problemas, se te montaban sin ficha, se colaban por detrás, una locura, eso ya casi no se ve”. Aunque aún mantiene sus precauciones. “Yo a las casetas ni me acerco, siempre hay peleas, anoche hubo una ahí con bates de beisbol”, dice señalando al puerto pesquero, “pero es normal, sucede en todos lados”.

En los coches de choque coinciden aunque no al cien por cien. “¿Tranquila? Si, más o menos, hombre, los marroquíes tienen mucha guasa”, dice un mecánico con un fuerte acento del Este, “pero está más tranquila, sí?. “Y Ceuta me encanta, una pena que sean tan pocos días y que luego te pases cuatro horas para embarcar en el ferri” Un diagnóstico que comparte uno de los agentes de la Policía Nacional que patrullan de paisano también durante el día. “Todo está tranquilo, aunque cuando se juntan mucha gente y alcohol ya se sabe”.

Aunque el civismo y la educación brillan por su ausencia, apunta un feriante extremeño que, aunque comparte la opinión der que la feria está razonablemente tranquila, también le pone peros al comportamiento de los ceutíes. “De las colas ni hablemos”, dice, “hay gente muy desagradable, si riñes a un niño porque se pone de pie en el tiovivo y es peligroso te viene el padre y te echa la bronca, pero yo sólo hago mi trabajo, que luego pasa cualquier cosa…”. “Pero en mi tierra es peor, por nada tienes una bronca o te insultan, la gente es así”.

“Ahora es una feria tranquila, hace diez años era para verlo”


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