La consejera de Asuntos Sociales e Igualdad, Rabea Mohamed, ha suscrito con el presidente de Cruz Roja Ceuta, José Durán, la renovación del convenio que, autorizado el pasado 8 de abril por el Consejo de Gobierno, financia el Punto de Encuentro Familiar (PEF), un recurso del que hacen uso en la actualidad en torno a medio centenar de familias y que la Ciudad financia con cerca de 171.849 euros, un presupuesto que, subrayan desde la Ciudad, genera 5 empleos.

El equipo multidisciplinar que atiende el servicio lo componen un psicólogo, un trabajador social, dos técnicos de integración social y un ordenanza; el PEF abre tres días de semana y todos los fines de semana y lo casos que recibe son los derivados, exclusivamente, del Juzgado de Primera Instancia y Violencia sobre la Mujer, los Servicios Sociales Comunitarios, el Centro Asesor de la Mujer y el Área de Menores.

Se trata de un servicio imprescindible para garantizar el ejercicio del derecho de los progenitores, aunque no ejerzan la patria potestad, a relacionarse con sus hijos menores, a la vez que, en atención a la protección jurídica de estos, que incluye el facilitarles la asistencia adecuada para el ejercicio de sus derechos, como es el de mantener relaciones personales y contacto directo con ambos padres de modo regular cuando se encuentre separado de uno de ellos o de ambos, salvo si ello es contrario al interés superior del niño.

Objetivos y origen de la iniciativa

Esta colaboración de la Ciudad con Cruz Roja para el sostenimiento de puntos de encuentro familiar empezó en 2007 y, desde entonces, se renueva cada año, al igual que los objetivos del acuerdo, entre los que está el de proporcionar un espacio y tiempo que permita cumplir el régimen de visitas de los menores con aquellos de sus progenitores con los que no conviven habitualmente, contribuyendo a la realización del normal desarrollo de las visitas, y por tanto en el mantenimiento de las relaciones familiares. ”También se persigue amortiguar las tensiones en las relaciones entre progenitores, muchas veces degradadas por denuncias y juicios, incumplimientos de los regímenes de visitas, órdenes de alejamiento mutuas… Lo que se hace es facilitar un entorno neutral en el que la presencia de profesionales garantiza la normalidad en la recepción y entrega de los menores”, explican desde la Consejería de Asuntos Sociales.

Asimismo, este mecanismo permite detectar situaciones familiares que atenten contra los intereses del menor y dificulten su desarrollo integral como persona, interviniéndose, llegado el caso, a fin de impedir su evolución; y favorece el encuentro entre el menor, progenitor no custodio y otros familiares, como los abuelos.