Besos para todos en la llegada al hogar de otros 130 soldados del Libre Hidalgo XVI


Besos para todos en la llegada al hogar de otros 130 soldados del Libre Hidalgo XVI

- El comandante General, Ramón Martín-Ambrosio Merino, ha vuelto a recibir a los soldados llegados a casa

- Esta misma semana irán llegando el resto del contingente que aún permanece en Líbano

- Incluye galería de fotos

No faltó la banda de música, ni las pancartas dibujadas por los pequeños de cada casa para arropar y dar la bienvenida al hogar a otros 130 militares del contingente Libre Hidalgo XVI que este lunes sobre las 13 horas han arribado al puerto ceutí con la satisfacción de la misión cumplida y los nervios, la tensión y la emoción del reencuentro con sus seres queridos.

El Puerto ceutí se ha convertido este mediodía en una explosión de besos, afecto y amor. Si el roce hace el cariño la distancia lo exacerba y ahí estaban los maridos, las mujeres, los hijos, las madres, los padres, los hermanos, los amigos para convertir la recepción en una gala de paroxismo infinito bajo el perturbador sol de julio. Un festival de besos y abrazos estival. La madre besaba a la hija, la hija al marido, el marido a los hijos, los hijos a la madre… La misma pasión, pero antagónicos sentimientos, a la despedida en febrero al contingente. Cinco meses sin tocarse dejan huella.

Y eso a pesar de que contacto ha habido. “La misión allí muy buena. La base tiene muchas comodidades podemos llamar por teléfono cada vez que queramos, tenemos Internet dentro de la base, la verdad que bastante bien. Muchas comodidades”, ha explicado uno de los soldados llegados este lunes.

La emoción del reencuentro dejó pasó rápidamente a la rutina. Y así se escuchaban conversaciones que escondían esa emoción, reconduciéndola a lo que ha de ser el discurrir diario, el ejercicio de adaptación al medio familiar, que les espera ahora a los 130 patriotas que han llegado este lunes. “Papá, me vas a llevar a la playa esta tarde”, le ha preguntado un niño al recién llegado. “¿Qué vamos a comer?”, ha indagado un soldado.

Cada uno ha llegado con la mochila llena de sus enseres y de la experiencia personal vivida en el Líbano durante cinco meses. Allí en el otro confín del Mediterráneo, al sur del Líbano estos soldados han cumplidos las órdenes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Han realizado patrullas y vigilado para garantizar el cese de las hostilidades, han servido de apoyo y asistencia a las Fuerzas Armadas del Líbano para que extiendan su control entre el río Litani y la línea azul pactada con aquel país como línea de separación entre dos países que aún no gozan de frontera al uso. Esas cosas que la mayoría sólo ve en las películas, pero que estos 130 soldados han vivido en la realidad.

Pero no sólo se han centrado en acciones propiamente militares, los ejércitos son cada vez más fuerzas de cooperación internacional. “Dentro de donde estaba tenía relación con la población civil. Se le hacían instalaciones de farolas, depósitos de agua, etc. La gente te recibe muy bien y muy contenta de que estemos en el país”, ha relatado un soldado.

Otros han destacado la pobreza. “Los niños pequeños se echaban en los coches pidiendo agua y comida”, ha relatado una soldado. También hubo quien por comparación notó que en Líbano aún están aprendiendo a convivir entre las distintas culturas, algo muy desarrollado en Ceuta.

Aún quedan por llegar efectivos. Al Líbano fue un contingente de casi un millar de efectivos, muchos de los cuales pertenecen a distintas unidades de la Comdancia General de Ceuta: Tercio Duque de Alba, II de La Legión, Regulares, Artillería, Logística, Ingenieros y Transmisiones de Ceuta y Melilla.

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