Una cabalgata a la que, de nuevo, pusieron la nota de color y calidad las escuelas de danza de la ciudad que desfilaron como princesas y personajes de cuento, desde Dorothy a Frozen. Los motivos que adornaban las carrozas de Sus Majestades eran quizá menos infantiles: un unicornio de tres cuernos (lo que lo convertiría en un tricornio) Neptuno y Nefertiti. Y marcando el paso de la Cabalgata la música de cada carroza –convenientemente separadas unas de otras para evita cacofonías- bien Mariah Carey bien el reggaetón de turno, bien la banda sonora de la Bella y la Bestia de Disney
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