Casi un centenar de personas se ha concentrado este miércoles en la plaza Constitución para reclamar a los Gobiernos una política migratoria “basada en principios humanitarios” y que respete la vida y los derechos humanos. Una política migratoria que no tolere las devoluciones en caliente como las registradas el pasado 1 de enero de madrugada en el perímetro fronterizo de Ceuta. Un intento de entrada, en el que según las oenegés, ha muerto una persona y otra ha perdido un ojo.

El Círculo de Silencio recuerda el dictamen del Alto Comisionado para los Refugiados de Naciones Unidas (ACNUR) que ya en 2015 advirtió que los rechazos en frontera (también conocidas como ‘devoluciones en caliente’) no están amparadas por la legislación internacional. “No queremos acostumbrarnos al inmenso sufrimiento humano del que somos testigos a diario en las vidas de tantas personas que siguen llegando desde África y que intentan acceder a Europa en busca de una vida segura y digna”.

Desde la organización hacen especial hincapié en la situación de los niños refugiados, a expensas de mafias y redes de tratantes de seres humanos, sometidos a abusos y explotación durante el largo viaje, recuerdan desde el Círculo del Silencio. Para ellos piden protección y escolarización y la reunificación de sus familias, así como promover medidas contra xenofobia, cada vez más habitual en los enclaves de tránsito, como es el caso de Ceuta.

800 acogidos en el CETI

Muchos de los más de 90 asistentes al Círculo de Silencio eran precisamente migrantes subsaharianos residentes en el CETI, que se sumaron a la concentración. 79 de sus hasta hoy compañeros del Centro de Estancia de Inmigrantes han abandonado este miércoles la ciudad autónoma rumbo a la Península, donde serán acogidos por oenegés andaluzas. Los 79 migrantes son hombres y el tiempo medio de estancia en el CETI ha sido de 130 días.