El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, y la consejera de Igualdad, Adela Nieto, han entregado este viernes a la Fundación Cruz Blanca, en concreto al hermano Carlos Domínguez, el VIII Reconocimiento a la lucha contra la violencia de género de la Ciudad de Ceuta y la mención honorífica que el Jurado acordó conceder al CEIP Rosalía de Castro, al que ha representado su directora, Pilar Tendero.

La entidad franciscana ha recibido esta distinción por "su labor encomiable desde su constitución en 1969 y, en concreto, por la atención a personas en exclusión social, especialmente mujeres en situación de vulnerabilidad, que desarrolla la Fundación homónima desde 2004".

Su "empeño por combatir la violencia contra la mujer por el mero hecho de ser mujer" es lo que ha reportado a la Fundación Cruz Blanca este reconocimiento institucional, un respaldo a su esfuerzo para "responder y prevenir situaciones que violan derechos humanos fundamentales que ya en 2014 fue meritorio de una mención honorífica de la Ciudad con motivo de la entrega del Reconocimiento en su cuarta edición". En ese ámbito de trabajo se encuadra la labor que desarrolla esta Fundación desde el Centro de San Vicente de Paúl, en el Príncipe, mediante el proyecto O’Cambalache, implementado en 2013.

Además, en esta octava edición del Reconocimiento a la lucha contra la violencia machista ha recibido una mención honorífica el CEIP Rosalía de Castro "por la labor preventiva que desarrolla con jóvenes y las acciones formativas en esta materia que dirige a padres de alumnos y profesorado",

Domínguez y Tendero han agradecido la distinción recibida y han deseado que no hubiese que conmemorar cada año el Día contra la Violencia sobre la Mujer. En su alocución final, Nieto ha valorado los avances conseguidos sobre el consenso político para romper el silencio sobre los casos de malos tratos y ha abogado por la "unidad" como única forma para erradicar esta lacra social de forma definitiva o, como mínimo, dar una protección eficaz y efectiva a sus víctimas. También ha incidido en la importancia de la Educación para conseguir el mismo propósito.

En ediciones anteriores han sido reconocidos con este premio Rachida Mohamed Abdeselam, quien logró sobreponerse al padecimiento de la lacra que es la violencia contra la mujer por el mero hecho de ser mujer; María Sánchez Miaja, presidenta de la Asociación de Mujeres Progresistas de Ceuta; el Servicio de Emergencias 1-1-2; Andrés Calvo Muñoz, un vecino que socorrió a una víctima en 2011 y que, con su actuación, evitó males mayores; los voluntarios de Cruz Roja y la Comunidad de las Adoratrices. Además, han recibido menciones honoríficas Hamed Addel-La Ali, colaborador voluntario en esta materia como traductor; el Centro Penitenciario por su labor en el programa especial de reeducación de maltratadores y la Fundación Cruz Blanca por su proyecto O’Cambalache.