La Delegación del Gobienro ha abierto una investigación para determinar las causas que ocasionaron la explosión en las obras de la nueva prisión. Según el delegado José Fernández Chacón, los trabajos de destrucción del material explosivo se realizaron en todo momento conforme a la normativa.

Eran en total casi 450 kilogramos del material denominado Riogel, sobrante de las voladuras del día y a cuya eliminación obliga la ley. Cuando ya se habían quemado dos tercios del explosivo se projudo la detonación que provocó los diez heridos, entre ellos los tres más graves, el ingeniero, un ayudante y el artillero, que eran los que se encargaban directamente de la tarea. El resto de víctimas recibieron heridas leves por la onda expansiva y roturas de cristales, y no fueron de más gravedad gracias a que se mantuvo el perímetro de seguridad.

Un equipo de TEDAX procedente de Algeciras ya se encuentra en la ciudad inspeccionando la zona, en busca de pruebas que permitan determinar las causas del suceso. Por el momento los responsables no tienen ningún dato fiable de por qué se produjo la explosion, y el delegado ha pedido que no se hagan conjeturas al respecto.

Tanto las voladuras como el inicio de la destrucción del explosivo sobrante se realizaron bajo la supervisión del director del área funcional de Industria y Energía de Sevilla, Juan Gómez Tenorio, que abandonó la zona minutos antes de la explosión. Gómez Tenorio asegura que toda la labor se llevó a cabo según la norma, y que el material es uno de los más seguros que existen.

Los siete heridos leves ya han sido dados de alta. Dos de los graves, el ingeniero y el ayudante, evolucionan favorablemente y se espera su traslado de la UCI a planta en los próximos días. Por último, el artillero sigue en estado crítico, y el equipo médico intenta estabilizar su situación para evacuarle.

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