JORNADAS 11 DE MAYO

Hablan los masones ante su regreso a Ceuta: “No vamos a hacer proselitismo, sino a desmitificar”

Hablan los masones ante su regreso a Ceuta: “No vamos a hacer proselitismo, sino a desmitificar”
Templo de la Logia Trafalgar de Algeciras
Templo de la Logia Trafalgar de Algeciras

Desde hace un mes, la noticia más leída en esta web es la vuelta a Ceuta de los masones ochenta años después. La curiosidad y la suspicacia siguen envolviendo a la masonería, demonizada por el franquismo durante la dictadura y convertida ahora en caricatura por los best-seller literarios y las películas de ocultismo y sociedades secretas. Ceuta al Día se ha puesto en contacto con la Gran Logia de España –sin desvelar códigos secretos ni correr aventuras, todo sea dicho- a un mes de la primera reunión de masones a este orilla de España para saber “lo que es y lo que no es” la masonería.

En la calle Teniente Pacheco, a apenas unos metros de donde escriben estas líneas, se encontraba el último templo masónico de Ceuta. Allí se reunían los miembros de la logia Hijos de la Viuda, 17 de ellos murieron fusilados en los primeros compases del golpe militar a la República. No fueron los únicos, aunque sí de los primeros. Aquellos días fueron ajusticiados también “treinta masones de la Logia Helmatia de Salamanca, treinta de la Constancia de Zaragoza, quince de la Zurbano de Logroño, siete de la Libertador de Burgos, siete de la Joaquín Costa de Huesca, veinticuatro de la Trafalgar de Algeciras, nueve de la Resurrección de La Línea, tres de la Fiat Lux de La Línea. En Málaga lo fueron ochenta presos políticos, fusilados bajo la pena de ser masones”, cuenta Ramon Viñals i Soler en “De la Gran Logia de España – Grande Oriente Español 1889”. Un mito y un odio alimentado durante décadas en la dictadura franquista que puso a los judeomasones en su punto de mira, no en vano, como resumiera Francisco Umbral, “lo masones fueron los judíos de Franco”, una cita profusamente repetida en los fotos sobre el ‘Holocausto masón’ en España.

Calle Teniente Pacheco

“El que era masón lo normal es que muriera en el paredón del cementerio”, recuerda en conversación telefónica Manuel Barea, responsable de Comunicación de la Gran Logia Provincial de Andalucía. Barea, junto con los miembros de la Gran Logia de España, harán visible de nuevo la masonería en Ceuta el próximo 11 de mayo, solo una ciudad más en una campaña de puertas abiertas con la que los masones recorren España para informar y explicar qué es la masonería, algo perfectamente normal y cotidiano en el mundo anglosajón, pero que en España arrastra una leyenda negra heredada. Una serie de encuentros que mantienen por todo el país, colaborando con asociaciones, instituciones o universidades con una intención simplemente informativa, pensada para “explicar y desmitificar” en la que, Manuel Barea no lo esconde, la parada en la ciudad autónoma despertó viejos miedos. Ceuta sigue siendo un muy mal recuerdo para los masones españoles, exterminados en la ciudad autónoma.

No parece haber rencor en la voz del portavoz de la Gran Logia de España, que insiste en que se trata simplemente de una visita informativa, sin más. “No vamos a hacer proselitismo, vamos a informar, a desmitificar, con naturalidad”, resume Manuel Barea que, explica, en cierto modo la masonería nunca se fue del todo de Ceuta. Hoy en la ciudad viven tres masones que pertenecen a logias de otros lugares, tanto de España como de Marruecos, donde pervive la masonería. Quiénes son, difícil de saber, porque, aunque no son, ni mucho menos, una sociedad secreta, sí son una sociedad con secretos y ningún miembro desvela la identidad de otro sin su permiso.

En su visita a Ceuta, la Gran Logia de España rendirá un homenaje floral a los muchos alcaldes masones de Ceuta, entre ellos Sánchez Prado y el historiador y experto en la masonería en Ceuta, Francisco Sánchez, contará cómo fueron aquellos años en los que había un templo masónico en la calle Teniente Pacheco. El resto, insisten, será en cierto modo didáctico, explicar “lo que es y lo que no es”.

Lo que no son: Luciferinos y demoníacos

La masonería no es un partido político, no es un lobby, no es una organización ni asociación ni sociedad secreta. “No es luciferina, no es demoniaca…”, puntualiza. Y es que, aunque suene a risa, los mitos que rodean en España a la masonería son muchos, demasiados. Mitos de los que no tiene culpa solo Franco sino que arrancan mucho antes, en el siglo XVIII y que alcanzó su cénit a finales del siglo XIX con la campaña de desprestigio y acusaciones de satanismo de un francés, Leo Taxill, recuerda Barea, acusaciones que la Iglesia Católica acogió con entusiasmo propagándolas con fervor.

Lo que son: buenas personas que quieren ser mejores

Pero, si no son una sociedad secreta, ni practican misteriosos ritos iniciáticos, ni adoran a Lucifer ni practican la magia negra el oscuro arte de las conspiraciones en la sombra… ¿Qué es la masonería? “Si tuviera que contestar con una definición formal o académica”, explica Barea, “diría que por definición, es una hermandad iniciática, ritualística y esotérica, que pretende la perfección de sus miembros y el desarrollo de la humanidad”. En román paladino y “muy resumido”, advierte Barea, son “buenas personas que quieren ser mejores, alcanzar la perfección moral”.

La Gran Logia de España es “conservadora, digamos”, matiza el portavoz masón, “está basada en la creencia en un Ser Superior, o Dios, al que denominamos Gran Arquitecto del Universo, como principio y causa de todas las cosas”. Creyente pero abierta a cualquier religión o raza y también política. “En las tenidas (reuniones) está totalmente prohibido hablar de política o religión, ni de fútbol” , apunta Manuel Barea. Dentro de la logia, matiza, “en la vida profana se puede hablar d elo que se quiera, claro”.

“Para los que la vivimos desde dentro, la Masonería es una forma de vida, pura y simplemente; una manera determinada de afrontar nuestros problemas y vicisitudes cotidianas, nuestras relaciones con nosotros mismos, con los demás y con la sociedad en general caracterizada por un ideal de comportamiento ético y moral, amor a la humanidad y desarrollo espiritual, de obediencia a las leyes, vivir según el honor, practicar la justicia, amar al prójimo, trabajar sin cesar para la felicidad de la Humanidad y perseguir su emancipación progresiva y pacífica”.

Una forma de vida que tiene tres enemigos desde hace 300 años, suspira el portavoz de la Gran Logia de España: “la ignorancia, el fanatismo y el vicio”. “Lo grave es que en un país como el nuestro, la ignorancia es total entre gente con acceso a la educación”, apunta, “las cosas no han cambiado tanto en 300 años”.

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