El Gobierno se ha comprometido, con el respaldo de la unanimidad de los grupos parlamentarios, a buscar una solución al recorte de horas laborales de los monitores de natación y el despido de cuatro empleados de la empresa Arasti Barca en el polideportivo Díaz Flor, cerrado para su reforma integral. Una solución que supedita "a que no haya impedimento legal" y cuente con el visto bueno de los técnicos e Intervención.
Una posibilidad que, apunta la consejera de Hacienda, Kissy Chandiramani, es compleja ya que, recuerda, hay una piscina menos. "Y son necesarios menos monitores y menos horas", explica. La Ciudad, por otra parte, rechazó la propuesta de los trabajadores al entender que ocupaba el 100 por cien de la piscna, sin margen para otros usuarios o cursos por lo que no puede aceptar la alternativa de los monitores para salvar sus puestos de trabajo.
Una explicación que no satisfizo a la portavoz socialista, promotora de la propuesta de readmitir a los despedidos y aumentar la jornada laboral de los que se mantienen, y acusó al presidente Vivas de "mentir" a los trabajadores a los que se comprometió a ayudar si presentaban una propuesta alternativa. Acusación que rechazó tajantemente el presidente, poniendo como testigo al líder de los socialistas ceutíes, "presente en las reuniones".