Un reguero de basura olvidada rodea Ceuta


- Las redes sociales se hacen eco de la suciedad en el campo exterior y el litoral, especialmente en los pinares y acantilados del Monte Hacho

- Desde Septem Nostra piden un plan de choque para limpiar los montes de la ciudad y medidas sancionadoras y preventivas como el refuerzo de la vigilancia o la prohibición de circular por las pistas forestales

- “Esa basura no llega ahí sola y lo mismo que no llega sola tampoco sola se quita”, resume Pérez Rivera

Probablemente sea usted uno de los cientos de ceutíes que cada día da la vuelta al Hacho deleitándose con las vistas que ofrece el paseo, hace muy bien, pero procure no salirse del camino habitual, no vaya a adentrarse entre los pinares y sobre todo no se asome a los acantilados o se llevará una desagradable sorpresa: regueros de bolsas de plástico, envases, neumáticos, restos de obras, mobiliario, harapos, restos de automóviles, vidrio, bolsas de plástico y más bolsas de plástico y envases y más envases. Basura olvidada, a menudo con solera.

Una denuncia de la que regularmente se hacen eco muchos ceutíes en sus muros de Facebook o blogs especializados en la denuncia medioambiental como el popular El Saltamontes de Ceuta que este lunes abría su web con una treintena de fotos que muestran el deplorable y estado de la pista forestal que rodea el Monte Hacho, con las cunetas salpicadas de basura. El Monte Hacho y sus frecuentados alrededores, desde el Mirador de San Antonio a los pinares del viejo fortín, pasando por la playa del Desnarigado, es quizá el foco más visible y documentado, pero basta dar un paseo por García Aldave o asomarse a los acantilados del Sarchal o Fuente Caballos, o el Mirador de Benzú para comprobar que el problema tiene dimensiones vergonzantes.

“Es necesario un plan de choque”, reflexiona José Manuel Pérez Rivera, de Septem Nostra, que no tiene dudas sobre que, además de grande, es un problema complejo. En el que se mezclan un incivismo galopante y una desidia de las administraciones responsables. “Esa basura no llega ahí sola y lo mismo que no llega sola tampoco sola se quita”, resume, “e igual que las redes sociales, que tú y que yo sabemos dónde están los puntos negros, la administración también debe saberlo”.

Puntos negros

{mosimage}Para localizar los puntos negros basta con buscar un nexo en común y hay uno que salta a la vista: las zonas más sucias del entorno de Ceuta son también las más accesibles en coche. Y la solución, apunta Pérez Rivera, es bien sencilla: “Cerrar esas pistas al tráfico rodado, además no están habilitadas para los vehículos, son pistas forestales, no se debe entrar con vehículo salvo los autorizados, siempre, claro, habilitando los medios para que se pueda circular en caso de incendio”. Una medida que ayudaría a paliar la basura que se acumula sin piedad en algunos puntos, en especial en el Monte Hacho, muy frecuentados por ceutíes, generalmente jóvenes, que se pierden por esos caminos, con un objetivo claro, a juzgar por los desechos que dejan a su paso consumir comida rápida, beber y cohabitar, probablemente en ese orden.

“Esa pista es un buen ejemplo – apunta Pérez Rivera- se puede pasar con el coche, la gente va a comerse el bocadillo a tomar algo y dejan basura a su paso, la gente demuestra una falta absoluta de vivismo y de respeto a la naturaleza, y todos los apelativos que se nos puedan ocurrir”.

Plan de choque “Lo primero es identificar esos puntos negros en los que sabemos que hay una mayor concentración de basura; una vez identificados limítese en la medida de lo posible el acceso con vehículos, que sabemos que es una fuente de vertido”, proponen desde Septem Nostra. Y a partir de aquí, arremangarse y manos a la obra: “No es basura de hoy ni de ayer, es basura de hace mucho tiempo, hagamos entonces un plan de choque integral de todas las zonas de bosque y de litoral de Ceuta y una vez que esté todo limpio, entonces apliquemos todas esas medidas necesarias”

Un problema que sólo tiene dos soluciones, generalmente opuestas pero que en este caso combinan a la perfección: educación y represión con sanciones a la que hay que sumar una tercera, no menos importante para que la solución sea definitiva: la vigilancia. “Es necesario identificar a los infractores para poder actuar, lo que pasa es que nunca he visto ni a un policía ni a un Guardia Civil haciendo labores de vigilancia, no hace falta instalar un puesto, pero al menos pasarse de vez en cuando; a lo que hay que añadir también que en otros lugares, acondicionados por la Ciudad como mirador no siempre hay papeleras.

La basura es además, alertan desde Septem Nostra, un arma de doble filo, por un lado es un excelente combustible, plástico, papel, sirven de alimento al fuego, pero también es por sí misma, una fuente de peligro, especialmente el vidrio, un foco de incendio fortuito esperando a que un rayo incida sobre esa botella para crear el efecto lupa, devastador por imprevisible.

¿Quién limpia el monte?

No sólo el incivismo, la maleza y la basura ponen en riesgo los motes de Ceuta, también la maraña de competencias que se entrecruzan sobre el mapa de Ceuta a la hora de determinar quién limpia el monte. La Ciudad, el Ministerio de Medio Ambiente o el de Fomento, en su caso, incluso el Ministerio de Defensa entran en el juego de responsabilidades con terrenos de su propiedad. “No hay un plan de uso y gestión de los montes, que debería haberlo por Ley, para aclarar y determinar cuáles son las zonas en las que se puede acceder y, sobre todo, la gestión, ¿quién se encarga? Según la Ley Forestal y la ordenanza municipal corresponde al propietario de cada lugar su mantenimiento adecuado, si eso se aplicara también a los montes, y una zona forestal es propiedad de Defensa pues tendrá que limpiarla y mantenerla”, razona recordando un caso no muy lejano que puso en evidencia las dudas sobre las competencias en la materia: el campamento de migrantes que salió del CETI y acampó en los alrededores del pantano. “Nadie sabía a quién le tocaba limpiarlo, si a Defensa, si al CETI si a la Ciudad”, recuerda. La basura sigue allí.

En el caso concreto de los montes la respuesta es muy sencilla, así se lo transmitió el Ministerio de Medio Ambiente a Septem Nostra. “Las competencias en el mantenimiento de zonas forestales son de la Ciudad pero en el fondo es un problema de prioridades, donde ponemos el dinero, lo que interesa es exclusivamente la zona centro, la más visible, si las barriadas están abandonadas imagínate tú el campo”.

“Es la sociedad del espectáculo”, reflexiona, “un escenario de fantasía pero que si miras detrás ves la mierda que hay acumulada”.

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