Septem Nostra pide a las autoridades que realicen un ordenamiento del litoral para protegerlo


Septem Nostra pide a las autoridades que realicen un ordenamiento del litoral para protegerlo

- Un estudio de la Fundación Museo del Mar señala las artes de pesca y las anclas de las embarcaciones de recreo como la mayor amenaza a estas comunidades de coral

- Entre los datos recabados figura una inusual oscilación de la temperatura a 40 metros de profundidad, que llega a alcanzar los 22 grados de máxima, como en la superficie del mar en Canarias

Sin ánimo de impedir a los ceutíes que sigan disfrutando de su relación con el mar como han venido haciendo durante toda la vida, la organización ecologista, Septem Nostra, ha aprovechado la presentación de un trabajo llevado a cabo por la Fundación Museo del Mar para reclamar a las autoridades que lleven a cabo un ordenamiento del litoral ceutí que preserve algunos puntos de especial valor ecológico.

De forma muy concreta, Óscar Ocaña y José Manuel Pérez Rivera, han explicado que les gustaría en la zona frente a la antigua Bolera en la carretera que va de San Amaro al cementerio, en lo que denominan como el ciclón, una delimitación a través de boyas para impedir que los pescadores deportivos y pequeñas embarcaciones puedan arrojar usos de pesca ahí que terminan dañando el coralígeno de la región de Ceuta, un invertebrado típico del Mediterráneo y bastante frágil.

Además creen que en una zona muy frecuentada por buceadores ayudaría fijar un punto de fondeo único que evite que la anclas acaben dañando a esta especie.

Es uno de los ejemplos que ven desde Septem Nostra toda vez que la Fundación Museo del Mar ha culminado un estudio sobre este invertebrado que se ha realizado de forma coordinada en todo el litoral Mediterráneo, en la ribera norte para tratar de medir cambios de temperatura en profundidad y otros factores que puedan afectar al desarrollo de esta especie.

Ocaña ha detectado en esa zona, del ciclón, precisamente, una variación considerable de temperatura a 40 metros de profundidad, donde llegan a oscilar entre los 14 y los 22 grados de máxima, una temperatura que es la que se da en Canarias en la superficie del agua y que es altamente extraña.

De hecho Ocaña ha desarrollado toda una teoría que aún no ha podido corroborar de la generación de ríos subterráneos provocados por las mareas y el movimiento natural de las masas de agua en la Bahía Sur que acabarían por elevar la temperatura en esa zona de la Bahía Norte, donde Ocaña y la Autoridad Portuaria mantienen una estación de medición que seguirá arrojando datos.

El coralígeno está ahora amenazado por algunos invasores a los que Ocaña augura poco futuro, precisamente por esa oscilación tan grande en las temperaturas, y señala la erosión provocada por las artes de pesca y las anclas de los buceadores como la mayor amenaza para su conservación.

Septem Nostra pide a las autoridades que realicen un ordenamiento del litoral para protegerlo


Entrando en la página solicitada Saltar publicidad