La temporada de caza menor se abrirá el domingo en Ceuta
Los cazadores podrán abatir en Ceuta desde el próximo domingo, 8 de octubre, y hasta el 17 de diciembre conejos, liebres, perdices morunas, faisanes, becadas, tórtolas comunes y codornices. Hasta el 11 de febrero y sin perros desde el 21 de diciembre se podrán matar palomas (torcaces, bravías o zuritas) y zorzales (comunes, charlos o alirrojos) y estorninos pintos.
El ejercicio de la actividad cinegética en la ciudad está circunscrito a los terrenos sometdos a régimen de caza controlada establecidos hace casi diez años y se exige un permiso. El 75% de ellos se otorgan a los membros de la Sociedad de Cazadores (adjudicataria de la gestión del control de la zona) y el 25% restante queda en manos de la Consejería de Medio Ambiente para "cazadores regionales, nacionales o extranjeros residentes" que no sean socios de la entidad referida y que pagarán no más del doble que lo que abonen sus miembros.
La caza solo podrá practicarse los jueves, sábados, domingos y festivos salvo el 22 de octubre en el Campo Exterior (por la Integral Sierra Bullones); y el 28 y 29 de octubre y 1 de noviembre por el Día de la Mochila.
No podrán usarse más de tres perros por escopeta y la "libre circulación por el campo" de perros de caza y potencialmente peligrosos queda prohibida en época de veda. El campeo y adiestramiento también salvo en los terrenos especialmente habilitados a tal efecto. El abandono de vainas de cartuchos está expresamente prohbido, así como el uso y tenencia de cartuchos con bala o de armas automáticas y semiautomáticas cuyo cargador pueda contener más de dos cartuchos y uno en la recámara (como las de aire compromida y rifles de percusión anular de calibre 22).
Se contempla la posibilidad de autorizar "batidas controladas" para "mitigar" los riesgos y daños generados por jabalíes y cerdos vietnamitas asilvestrados o híbridos. Igualmente, "cuando las circunstancias lo justifiquen y no haya otra solución satisfactoria" podrá haber batidas de perros errantes en los terrenos de caza controlada y otros forestales por razones de peligro para la Salud Pública, seguridad para las personas o riesgo de transmisión de enfermedades a animales domésticos.