En el Día Mundial de la Justicia Social, Búscome ha puesto el acento “en la enorme desigualdad que existe en nuestra ciudad” y de la que señalan como culpables a “unos dirigentes que están manteniendo unos votos a costa de un clientelismo muy arriesgado y una abstención demasiado fuerte, a la hora de ir a las urnas a votar, que hace que sigan gobernando las mismas personas que no se han dado cuenta que, haciendo lo de siempre, las cosas no cambian para quien tiene una vida intrincada”.

“Cuando refundamos la asociación implantamos la lucha por la transparencia, objetivo primordial para ganar la confianza de la ciudadanía. Eso es lo que más demanda las personas que se acercan a nuestra asociación y hablan con nosotros, más igualdad entre quienes nos representan y la ciudadanía que no ostenta un cargo público. No se puede hablar de la lucha contra la exclusión social en un cimiento de privilegios. Es importante ser exigentes para que rindan cuentas y fiscalizar todo lo que se hace con el dinero público”, afirma Búscome y recuerda que “ Ceuta es la ciudad con más paro, más desigualdad, peor calidad de vida, más exclusión, y más fracaso escolar”.

La entidad considera “importante” que Ceuta se marque como objetivo “erradicar esas cifras”. Y que lo haga con un enfoque distinto del actual que va parcheando “soluciones según se van produciendo los problemas”. Ese objetivo es más fácil de abordar, para la asociación si se realizara “un Plan de choque que reorganice los servicios, elabore una estrategia común con las organizaciones sociales, y que cuente con los recursos económicos necesarios. Para empezar, hay que garantizar la existencia de unas ayudas de urgencia, distintas al IMIS, que lleguen a todas las personas que lo necesiten, modificando ordenanzas y reglamentos para hacerlas más flexibles y eficaces en su tramitación”. Un Plan que “aun nadie ha elaborado”.

Por ello, Búscome se suma a la campaña “una transición justa hacia economías y sociedades ambientalmente sostenibles para todos y todas. La justicia social es un principio fundamental para la convivencia pacífica y próspera, dentro y entre las naciones. Para defender los principios de justicia social hay que promover la igualdad de género o los derechos de los migrantes. Es necesario eliminar las barreras que enfrentan las personas por motivos de género, edad, raza, etnia, religión, cultura o discapacidad. La búsqueda de la justicia social para todas las personas es el núcleo de nuestra misión global para promover el desarrollo y la dignidad humana”.

En este sentido, la entidad insiste en “la necesidad de tener una economía que respete los límites del planeta, que reanude la dependencia del bienestar humano con las relaciones sociales y la justicia, y que reconozca que el objetivo final es el bienestar humano real y sostenible”.