Caballas quiere que la Ciudad Autónoma cree un nuevo órgano, si bien no aclara en su propuesta el grado de complicación del mismo. Se trata de un ‘Observatorio de la Convivencia’. Es una de las promesas recogidas en su programa electoral. La Coalición pretende que esta nueva herramienta “utilizando parámetros objetivos y científicos, permita diagnosticar con la mayor fiabilidad posible el estado de la convivencia en nuestra ciudad”, según reza la parte dispositiva de su propuesta.

Si se atiende a los puntos de vista previos explicitados en varios debates recientes en el Pleno de la Asamblea, el último en el pasado Debate Sobre el Estado de la Ciudad, la propuesta puede volver a confrontar dos formas de ver la realidad: La del Gobierno, para el que la convivencia es mejorable, pero satisfactoria, y la de Caballas, que aprecia notas preocupantes con asomo de racismo y que ha fundamentado en los últimos tiempos en los comentarios en los foros de Internet, como los de este diario, o en una esfera más elevada, en declaraciones de cargos públicos, como las que le costaron el puesto a Carolina Pérez, por citar dos ejemplos.

Aún así, Caballas, ha optado por ser positiva en su exposición y fundamentación de la propuesta. Apuesta por el lugar común que comparte con el Gobierno al comenzar reconociendo que “todos los partidos políticos, y la opinión pública en genera, coinciden en destacar la convivencia entre las diversas culturas que integran la sociedad ceutí como un elemento clave de la articulación de nuestro modo de vida y, una de nuestras señas de identidad por excelencia”.

Partiendo de esa base, la coalición expone que a esa afirmación teórica compartida le falta sustento. “Lo cierto es que carecemos de los datos objetivos que nos permitan evaluar con rigor el grado y la calidad de la, tantas veces proclamada, fusión intercultural. En la mayoría de los casos, las opiniones se sustentan sobre sensaciones, impresiones o elucubraciones que terminan siendo parciales, sesgadas, inexactas o incorrectas”, esgrime sin abrir el debate de qué puntos de vista o apreciaciones pudieran estar equivocados.

Por eso quiere la coalición un ‘Observatorio de la Convivencia’ para desterrar las apreciaciones subjetivas, también como la suya, para dar paso a los datos tangibles que dibujen con exactitud el mapa de esa convivencia.

La coalición “considera que las decisiones en el ámbito social y político, que se ven condicionadas, o que influyen, en el desarrollo de la convivencia, deben estar fundamentadas en argumentos solventes, sostenidos por datos e informes objetivos y científicos”, cierra su exposición.