Ciudadanos quiere que el Gobierno de la Ciudad, el Ministerio de Educación, la Cámara de Comercio y la Confederación de Empresarios impartan formación en materia de reanimación cardiopulmonar (RCP) y manejo de desfibriladores a la vista de que "sólo 3 de cada 10 españoles" sabrían responder adecuadamente en un accidente cardíaco.

Según la formación naranja, las estadísticas dicen que en España fallecen por parada cardíaca en torno a 100 personas al día: más 30.000 por año. La realización de un masaje cardíaco y el uso del desfibrilador dentro de los cinco minutos posteriores a la parada cardíaca, aumenta hasta el 90 por 100 las posibilidades de supervivencia. Si se supera este plazo, el accidentado puede morir o tendrá secuelas.

Estas afirmaciones de la Fundación Española del Corazón ponen sobre la mesa, para Ciudadanos, "la necesidad de impartir cursos de reanimación cardiopulmonar al mayor número posible" de personas.

Su objetivo es ir más allá de los adultos porque "los menores de edad también juegan un papel importante a la hora de actuar en estos casos: muchos menores formados en estas técnicas han terminado salvando la vida de sus propios padres". El Consejo Europeo de Resucitación, ha creado un programa para promover y mejorar el aprendizaje de herramientas de RCP entre los más pequeños. Su programa, “Niños Salvan Vidas”, lleva a cabo cursos anuales de entrenamiento en maniobras RCP para escolares mayores de doce años. Estos cursos, de unas horas de duración, apenas restan tiempo lectivo. Y, según los expertos, tienen un éxito significativo: los más jóvenes son muy receptivos y ayuda a desarrollar un sentido de responsabilidad en edades tempranas.

También ayudan a relacionar materias que se estudian en escuelas e institutos (biología, educación física, etc.) con situaciones reales, lo que traslada a los menores la sensación de que el aprendizaje tiene sentido práctico. De hecho, la Organización Mundial de la Salud, apoya este tipo de programas de educación en los centros escolares e institutos que redundan en un beneficio social.

Para los de Karima Aomar "es un deber social concienciar a empresas, entidades, asociaciones, colegios, residencias, hoteles, etcétera, en la creación de espacios cardioprotegidos". Estos espacios "deben disponer de un desfibrilador, debidamente mantenido, y con personas en el entorno formadas en su manejo y en las técnicas de RCP que puedan intervenir mientras llegan los servicios de emergencias".

La mejora de las tasas de RCP y supervivencia tras éstas, vienen precedidas de un compromiso de las Administraciones Públicas en la formación de sus ciudadanos. Se calcula que para lograr un aumento significativo en los resultados de la reanimación, al menos el 15% de la población debe tener conocimientos de las técnicas de RCP. En esta línea, Estados de la Unión Europea y empresas privadas impulsan cursos obligatorios para sus empleados.