Despúes de decenas de huesos golpeados contra el suelo en días grises de lluvia y no tan grises. Despúes de varias propuestas aprobadas en el Pleno y después de que Obimace lijara parte de las piedras verdes del Revellín, dejando a medias el trabajo bajo el mando de García Castañeda, por fin parece que habrá solución al suelo deslizante de la principal arteria de Ceuta y será relativamente rápido si no se tiene en cuenta que el Gobierno lleva años con la demanda encima de la mesa. La Consejería de Fomento ha adjudicado, mediante un contrato menor por un importe de 10.998 euros, a la empresa Limpiezas Ceuta la aplicación de un tratamiento antideslizante sobre la solería en el Paseo del Revellín y las calles Camoens y Real, que consistirá en el desbastado de las baldosas, así como su tratamiento posterior con ácido nitroso, según ha informado el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Ceuta.

Para estos trabajos, cuya duración se estima en cuatro semanas, se empleará una máquina pulidora especial de platos satélite y discos de diamante que desbastará las baldosas a una profundidad de dos milímetros primero y hará un segundo desbastado con tacos de resina de diamante para dejar la superficie de la solería más fina.

Con posterioridad a esta operación se aplicará un tratamiento con ácido nitroso, con acabado antideslizante. Tras realizar pruebas satisfactorias en laboratorio, la Consejería de Fomento testó recientemente el procedimiento, que combina el empleo de productos químicos y tratamientos mecánicos, en un pequeño tramo del Paseo del Revellín, donde las pruebas realizadas resultaron también positivas.

En total, este tratamiento se aplicará sobre 1.223 metros cuadrados de superficie.

La Consejería de Fomento ha trabajado durante meses en una solución para incrementar la rugosidad de las baldosas, incluso se ha elevado una consulta al Centro Tecnológico Avanzado Andaluz de la Piedra, tal y como explicó su titular, Néstor García durante una sesión plenaria. Los técnicos de este organismo aconsejaron la utilización del procedimiento de desbastado para mejorar la rugosidad del piso, aplicando ácido luego para devolverle el color original.

Por este contrato han competido cuatro empresas y la adjudicación se ha realizado a la que concurrió con la oferta más baja, un 33,4 por ciento por debajo del precio de licitación, fijado inicialmente en 16.522 euros.