El Gobierno de Vivas quiere creer que el informe de Tragsa que ha concluido que el parque de Santa Catalina es un erial porque tiene "poca" y "mala tierra" en la que no crecerían ni los olivos y otras especies que se plantaron en 2015 ni ninguna otra es una verdad relativa. "Es un informe que se ha hecho ahora y que dice que ahora la tierra es poca y de menor calidad a la requerida pero eso no lo que se hizo en su momento", ha advertido Jacob Hachuel.

Es decir, el Ejecutivo interpreta no hay pruebas de que la obra se realizara mal y valora que con el paso del tiempo y la "brutal erosión" de las condiciones climatológicas en la zona ha podido desaparecer la tierra y empobrecerse. "Va consumiéndose, yo no soy un experto pero todos sabemos que el sustrato, si no se cuida y se realimenta, se agota", ha señalado el portavoz gubernamental.

Hachuel sí ha entonado un "mea culpa" en nombre del Gobierno de Vivas, el de no haber velado por un correcto "mantenimiento" del área. "Quizá no nos dedicamos como debíamos a la exhaustiva conservación en una zona con tanto viento pero hemos tomado nota y lo bueno es que se puede solucionar... Ha habido otros asuntos que pueden habernos desviado la atención pero est´claro que el parque no debería haber llegado a este estado de degradación", ha reconocido.

El consejero ha terminado asegurando que el acondicionamiento del parque como la zona verde que se prometió está "en proyecto" pero todavía no tiene cifras de cuál podría ser su coste tras los más de diez millones de euros invertidos en el sellado y recuperación de la zona, inaugurada justo antes de las últimas elecciones.