El documento organizativo de 'Podemos para todas' que firman, entre otros, Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero, es el único de los de las tres corrientes con más apoyo en la formación morada que asegura para Ceuta un asiento permanente en su máximo órgano de dirección estatal, el Consejo Ciudadano, en concreto a “las personas que en cada momento ejerzan las Secretarías Generales Municipales (o representación del Círculo correspondiente si no la hubiese) de las ciudades autónomas”.

El de 'Recuperar la ilusión', el grupo capitaneado por Íñigo Errejón y Rita Maestre, apuesta porque el Consejo Ciudadano cuente con 41 consejeros de elección directa en los distintos territorios y que una sea “la representante de las ciudades autónomas” rotando “a mitad de mandato” entre la elegida en Ceuta y la elegida en Melilla.

Según ha explicado el portavoz del Círculo local, Julio Basurco, hasta ahora, sin una regulación estricta, los representantes de ambas ciudades autónomas han venido alternándose en su asistencia a las reuniones del Consejo, por lo que sería "un avance" en términos de representatividad para Ceuta contar con un asiento permanente, una de las razones por las que Basurco apoyará al grupo de Iglesias.

'Podemos en movimiento', la corriente de Miguel Urban y Teresa Rodríguez, no incluye ni a Ceuta ni a Melilla en el reparto de los 29 consejeros territoriales que propone elegir de forma directa por las Asambleas Ciudadanas Autonómicas. Tampoco en la lista de 17 Coordinadores Autonómicos que tendría su Consejo Ciudadano Estatal.

La formación morada celebrará el 12 y el 12 de febrero en el Palacio de Vistalegre de Madrid después de que el domingo pasado venciese el plazo para presentar documentos políticos, éticos, organizativos y de igualdad. Los tres grupos principales coinciden en que se cierra un periodo abierto justo antes de las últimas elecciones encadenadas y que ahora toca reformularlo.

Los de Pablo Iglesias abogan por “una profundización de los espacios y mecanismos que propicien y fortalezcan la participación y politización ciudadana”; por “una descentralización territorial que asuma, respete y represente la realidad plurinacional de nuestra organización como un valor añadido”; por “una mayor integración de las estructuras municipales”; por “un Podemos más feminista e inclusivo”; y por situar al partido “como actor protagonista del cambio político en nuestro país a través de alianzas con entidades y organizaciones de la sociedad civil”.

Mientras, la corriente de Errejón prioriza la “descentralización” y tener “una organización más amable, capaz de integrar a todos y todas aquellas que conviven en Podemos; de aplicar el principio de separación de poderes y mecanismos de proporcionalidad en los diferentes órganos; una organización que alumbre una una cultura política diferente, que tenga en cuenta las desigualdades de género y que apueste por un sistema de resolución de conflictos más eficaz, ágil, transparente e independiente”.

Finalmente, los anticapitalistas quieren replantear el modelo de organización de Podemos hacia uno “radicalmente democrático donde impere la valentía de aplicar dentro lo que se defiende fuera” con el objetivo de ser una formación “plural y pluralista donde desde las diferencias se construya un proyecto comun, con participación desde abajo donde los círculos vuelvan a tener un papel protagonista en la estructura organizativa, con descentralización real para poder enraizar en los territorios y un compromiso para seguir innovando en la participación abierta”.