Las relaciones entre España y Marruecos van viento en popa y a toda vela y ponen el acento en la colaboración económica y dejan de lado las cuestiones más polémicas como el Sahara o la reivindicación soberanista marroquí sobre Ceuta y Melilla. No en vano, España adelantó a Francia recientemente como primer socio comercial de Marruecos y el mercado del sur de España supone ya el segundo en el extranjero para las exportaciones nacionales sólo por detrás de Estados Unidos.

Así, tanto el presidente del Ejecutivo marroquí, Abdelilá Benkiran, como Rajoy han dejado claro que las cuestiones polémicas se han evitado para poner el acento en los asuntos económicos y en las dificultades que encuentran las empresas españolas al desembarcar en Marruecos. “Hemos hablado de lo que nos une. De lo demás no hemos hablado”, ha despachado Rajoy ante la pregunta esperada sobre Ceuta, Melilla y el Sáhara.

Antes, su homólogo, Benkiran, había dejado claro que “el tema del Sáhara no ha estado en las conversaciones”, escueto en este asunto ha ido un poco más allá al referirse al tema de Ceuta y Melilla: “En el momento oportuno se hablarán de ciertas cuestiones”, ha matizado. Y siempre englobando el tema de las ciudades y el del Sáhara, Benkiran ha afirmado que “se precisa un clima de consulta y diálogo que tendrá su momento oportuno”.

Y ahí ha quedado la cosa. Como también ha quedado ahí la protesta una vez más planificada por el Comité para la Liberación de Ceuta y Melilla del polémico senador Yahya Yahya, que había convocado para este miércoles diversas acciones reivindicativas. No pudo llevar a cabo ninguna de ellas. Ni ha perturbado el tráfico por el Tarajal (había convocado una nueva concentración, la última ya había sido un fracaso), ni tampoco ha logrado poner la bandera en alguno de los islotes españoles cercanos a Melilla, la tentantiva sobre el peñón de Gómez de la Gomera fue abortada por las fuerzas marroquíes y aunque la agencia ha vuelto a intentar colar la puesta de banderas en Chafarinas, una vez más parece que era un bulo que desmintió la Delegación del Gobierno en Melilla.