La delegada del Gobierno en Ceuta, Salvadora Mateos, ha explicado que la mujer que este domingo presidió una mesa electoral vestida con un nicab musulmán que solo dejaba verle los ojos se lo quitó y se identificó plenamente “en privado”, por lo que no ha augurado recorrido a la impugnación del resultado de las urnas que estaban bajo su responsabilidad que ha anunciado Vox. “Estamos en un país lacio y cada uno tiene la religión que quiere”, ha recordado.

En declaraciones a los medios, la delegada ha señalado que “a primera hora vimos que la presidenta de una mesa [del CEIP Santiago Ramón y Cajal] llevaba burka, pero estamos en un país laico y cada uno tiene la religión que quiere”.

Según Mateos, “en estos casos, como en cualquier otro sitio y más en un momento en el que ya era presidenta de la mesa, otra mujer, la vicepresidenta, la sacó aparte y en la intimidad se quitó la prenda y comprobó quién era con su carné de identidad”.

El secretario general de Vox en Ceuta, Carlos Verdejo, cuyo partido se convirtió en la tercera fuerza política en la Asamblea con seis escaños por detrás del PP (9) y el PSOE (7), anunció impugnaría esa mesa al haberla presidido una mujer “con la cara totalmente tapada con una especie de nicab o burka”.

De acuerdo con su relato, al visitar ese colegio “mi mera presencia en un aula enturbió a mucha gente que empezó a insultar con gritos de 'racista', 'fascista' y todo tipo de improperios, entre ellos la presidenta de una mesa totalmente tapada con una especie de nicab o burka”. “Todo el mundo entró en modo irascible cuando entramos a hablar con un apoderado, llovieron los insultos de todo tipo y debido a ello se desalojó el aula, por lo que nos quedamos sin apoderados”, añadió.

Al margen de este altercado la delegada del Gobierno se ha congratulado porque la “larga” jornada electoral del 26-M transcurrió en la ciudad autónoma, en términos generales, “sin incidencias reseñables más allá de alguna queja”.