Lo que ha sucedido finalmente es que haciendo uso del reglamente ambos consejeros han pedido estar ausentes durante el debate y voto de las propuestas, y el encargado de presentarlas ha sido el consejero de Hacienda, Francisco Márquez. Justo el procedimiento que en su momento anunció la portavoz Yolanda Bel y que Mohamed Alí calificó de "despliegue de igeniería jurídica y técnica a los que se encuentra acostumbrado usar el Gobierno del PP para sostener su más que dudosas actuaciones", "juegos léxicos" y "marear la perdiz". Eso fue entonces, porque hoy UDCE-IU y PSOE no han planteado ningún problema durante el debate plenario. Ambos expedientes se han aprobado con el voto a favor del PP y la abstención de los grupos opositores. Alí y Ramírez han explicado que ya no tenían problemas ni dudas sobre la posible incompatibildad, que antes era y ahora no.
La única leve señal de debate se ha dado en el caso de la construcción en la calle Canalejas, en el que la portavoz socialista ha preguntado por la desestimación de alegaciones presentadas al estudio a título personal por un arquitecto municipal, y relativo al ancho de la vía, las aceras y el mobiliario urbano. Cuestión solventada por Márquez amparándose en el archiconocido respeto a las decisiones de los técnicos municipales, y que ha servido para dar carpetazo a un asunto que en apenas tres meses ha pasado de ser un escándalo a una menudencia.