En plena tormenta social, con la reputación de la clase política por los suelos y la corrupción como segundo problema en el ranking de las preocupaciones de los españoles, el portavoz socialista en la Asamblea de Ceuta, José Antonio Carracao, desembarcó en la sesión plenaria del lunes con una propuesta para que los 25 le dieran el visto bueno a un Código de Buenas Prácticas de elaboración propia. El PP votó en contra y lo tumbó.

Los argumentos esgrimidos por la portavoz popular y consejera de Presidencia tuvieron que ver con la obsolescencia, pero no la de las maneras de hacer política sino la del propio texto. Bel defendió con uñas y dientes que lo propuesto por el PSOE era innecesario, dado que el Gobierno de Rajoy prepara en consenso con el PSOE una legislación que sentará las bases de lo que debe ser la gestión pública, reformando incluso algunos supuestos penales que serán endurecidos.

Así la portavoz popular arguyó que en pocos meses el texto propuesto iba a quedar desfasado, motivo suficiente para votarlo en contra. A pesar de reconocer que "es un momento triste" por el hecho de que "a los políticos en general se les tenga que recordar la obligación de la transparencia y el buen gobierno". Circunstancia esta que, tal y como explicó Bel, es la que ha movido a al Gobierno central a desarrollar un texto legislativo que afine la gestión de lo público.

Bel reprochó a Carracao que su formación no hubiera hecho nada en ese sentido en los ocho años en los que Zapatero estuvo en la Moncloa y que haya tenido que ser el PP a su llegada quien también se ponga manos a la obra para tratar de frenar el descenso de la popularidad de los políticos.

La portavoz popular reprochó también a Carracao que parte de su texto estuviera sacado de un documento de hace más de una década. Y sumó a los argumentos para el no que ninguna administración distinta al Estado, ni tan siquiera las autonomías que tienen poder legislativo, vayan a apostar por textos distintos al que van a lanzar el PP y el PSOE desde las Cortes Generales.

El socialista se defendió y puso ejemplos de Ayuntamientos que sí han optado por no esperar a la legislación de marco nacional que prepara su formación en coalición con el PP y negó que el texto fuera un copia y pega, como había insinuado Bel de un documento de hace diez años, que en cualquier caso, recogía buenas prácticas que servían ayer como sirven hoy: "La honestidad no caduca. Es atemporal", le espetó a Bel. "Se equivoca votando que no y el mensaje que lanza a la ciudadanía es equivocado. La ciudadanía extraerá sus conclusiones", vaticinó Carracao a modo de advertencia.

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