El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ha dejado claro este míercoles en el Salón del Trono del Palacio autonómico, donde se ha celebrado el acto institucional convocado para conmemorar el XXXIV aniversario de la Constitución, que a su juicio "España está viva y no necesita ser reinventada" y que "nadie está democráticamente facultado para situarse por encima de la ley ni para demoler un edificio que, con tanto esfuerzo, entre todos hemos construido", en referencia a los nacionalistas independentistas.

Además, Vivas ha subrayado que, aunque "resulta evidente que el crédito de los políticos que, liderados por el Rey, dieron cauce legal a la transición democrática, no se corresponde, por decirlo de manera suave, con el que ahora se dispensa al ejercicio de la política", según su criterio no es menos cierto que, "aún habiendo muy malos ejemplos, la inmensa mayoría de los políticos, de todas las adscripciones, son personas honradas que, con aciertos y errores, han decidido dedicar una etapa de su vida a la función pública".

"En una situación donde hay tantas personas pasándolo tan mal, los políticos estamos llamados, más que nunca, a dar ejemplo de responsabilidad, honestidad, tenacidad, austeridad, laboriosidad y prudencia", ha destacado el presidente ceutí, quien ha indicado que la Carta Magna de 1978 "merece ser celebrada por lo que ha significado para España, por la solidez de sus valores y fundamentos, y por las enseñanzas que sigue transmitiendo el pacto constitucional y el espíritu de la transición, algunas muy relevantes si se relacionan con la situación actual".

Vivas ha resaltado que "cuando una sociedad sabe lo que quiere, y asume, de manera unánime, la voluntad de actuar en consecuencia, la meta normalmente se alcanza, por difíciles y adversas que sean las circunstancias" y ha reconocido que "una democracia requiere instituciones representativas, cercanas al ciudadano y eficaces para resolver sus problemas".

Según el líder del Ejecutivo local, estas condiciones, "desgraciadamente, no siempre se cumplen". "Un déficit que tenemos la ineludible obligación de atender pero que no debe ser aval para descalificar y poner en cuestión la legitimidad de la representación democrática: celebrando la Constitución debemos afirmar, con total convicción y rotundidad, que no existe mayor legitimidad democrática que la otorgada por las urnas", ha reflexionado.

"Es la hora de la generosidad; es la hora de arrimar el hombro, cada uno en función de su responsabilidad y posibilidades; es la hora del esfuerzo y del sacrificio compartidos, saldremos adelante, estoy convencido; pero no sin sacrificio, no sin esfuerzo", ha remachado tras alabar, como previamente había hecho el delegado, la voluntad de consenso y entendimiento que marcó la Transición.

Con la vista puesta en el futuro, ha aseverado que "ninguna obra humana es inmutable" y "la Constitución tampoco". "Por tanto", ha señalado, "bienvenidas sean las reformas que pretendan adecuar la norma a la realidad actual, pero sin alterar el consenso originario ni rebasar ciertos límites; es decir, sin poner en peligro las raíces y el tronco común de nuestra convivencia democrática: el reconocimiento de la unidad de España, patria común e indivisible de todos los españoles".