La vida de muchos lisboetas sufrirá serios trastornos hoy y mañana, mientras dure
la cumbre de la OTAN. Las medidas de seguridad para proteger a los líderes políticos dejarán una buena parte de la ciudad al borde de la parálisis. Las mayores restricciones afectarán al Parque de las Naciones, donde está la sede de la cumbre. Dos perímetros de seguridad impedirán el libre tránsito de vehículos y personas, que serán revisados por los numerosos agentes desplegados.