Un dedo contra el mal de la burocracia

05 octubre 2011 11:54 h.

«Llevo nueve meses recibiendo largas, sin que nadie nos dijera qué debíamos hacer para poder abrir el bar. Si por lo menos nos dieran una explicación, no habría seguido gastando dinero esperando abrir algún día», explicaba ayer con la mano izquierda vendada Antonio Sebastián. Él es el hostelero de Avilés (Asturias) que el lunes se cortó con un hacha, en dependencias municipales, la primera falange del dedo índice de su zurda en protesta por el tiempo que lleva sin poder abrir su negocio. «¿Que por qué lo hice? ¿Pero qué clase de pregunta es esa? Porque ya no puedo más; porque no me queda más d...