Collar con una fotografía de Jahi McMath en Oakland.REUTERS
Mientras los médicos de Texas mantienen con vida a Marlise Muñoz en contra de su voluntad, doctores de California luchan para que la familia de la menor Jahi McMath acepte que la desconecten. Son dos casos antagónicos que han reabierto esta semana el debate en EEUU sobre la muerte cerebral. La familia de Marlise Muñoz, una tejana de 33 años, dio por sentada su muerte hace unas semanas: en noviembre sufrió una embolia pulmonar en la cocina de casa, fue declarada en situación de muerte cerebral y la joven, paramédica de profesión, siempre se había opuesto a mantenerse en vida de forma artificial.
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Posted originally: 2014-01-09 11:08:00