El lugar que simbolizaba el poder de Muamar el Gadafi, el sitio que los rebeldes libios juraron conquistar desde que el pasado 15 de febrero comenzara
la rebelión contra el dictador, cayó ayer. Sin resistencia, los sublevados lograron entrar en Bab el Azizia, el fortín del tirano. No se le encontró, pero la algarabía se apoderó de Trípoli. Mucha gente acudió al palacio y los disparos de celebración se oyeron también en Zauiya, a 50 kilómetros de la capital.