El atletismo español envejece. La gran mayoría de los grandes nombres que han merecido titulares en los últimos años por sus gestas, las Marta Domínguez, Nuria Fernández, Natalia Rodríguez, María Vasco y Ruth Beitia, los Bragado, Chema Martínez, Jesús España, son respetables treintañeros y en cada torneo los aficionados esperan que los jóvenes den un golpe en la mesa y digan: "Ahora es nuestro turno". Algunos, como los ochocentistas Kevin López y Luis Alberto Marco, han empezado a hacerlo, en la estela de esa generación intermedia a la que ponen rostro los fondistas Arturo Casado y Manuel Olmedo. Pero falta sangre nueva.