Brasil está de luto. 482 personas han muerto por las lluvias torrenciales que han azotado las tres ciudades montañosas del Estado de Río -Teresópolis, Petrópolis y Nova Friburgo- durante la madrugada del martes. La gravedad de las inundaciones y los deslizamientos de tierra que provocaron la mayoría de las muertes forzaron a
la presidenta Dilma Rousseff a desplazarse a la zona desde Brasilia en lo que es su primera prueba desde que asumió el cargo el 1 de enero.