Hoteles y albergues casi repletos (siempre se espera a última hora, con la esperanza de conseguir alguna suculenta oferta), los ocho pabellones con una capacidad estimada para dos mil personas (alojamientos gratuitos en los que grupos organizados de parroquias o peregrinos pueden pasar una o dos noches) llenos, algunos pisos y cuartos de estudiantes o residentes en la ciudad alquilados, 1.200 profesionales de la información acreditados, vuelos chárter, plazas de aparcamiento extra, más trenes y autobuses, millones de espectadores televisivos (se calcula que 200), pantallas gigantes...
Todo est...