Un paso por detrás de la Historia


Un paso por detrás de la Historia
Manuel Fraga representa todo lo del anterior régimen que ha continuado en el actual sistema democrático. Puede que no fuera tan cavernario como otros compañeros de Consejo de Ministros, pero nadie llegaba allí si no era ‘uno de ellos’ con solvencia demostrada. Fraga siempre fue un paso por detrás la Historia. No fue capaz de [...]

Manuel Fraga representa todo lo del anterior régimen que ha continuado en el actual sistema democrático. Puede que no fuera tan cavernario como otros compañeros de Consejo de Ministros, pero nadie llegaba allí si no era ‘uno de ellos’ con solvencia demostrada.

Fraga siempre fue un paso por detrás la Historia. No fue capaz de ser nombrado Presidente del Gobierno y gobernar el país en lo que luego se ha llamado la ‘Transición’ porque pocos se fiaban del destino que él deseaba. Ocupó un papel dentro de la ponencia constitucional después de que su intento de aprovechar la mayoría que tenían AP y UCD hiciera aparecer una constitución lo más continuista posible con el todavía presente.

Tampoco fue capaz de articular la fuerza política de derecha que diera equilibrio al sistema de partido y continuidad institucional a las jerarquías administrativas y montó un chiringuito, Alianza Popular, con los que eran sus compañeros naturales.

Solamente la disolución/suicidio de la UCD, y la pérdida de peso muerto como Fernández de la Mora, pudo permitir a AP asumir una parte del espacio electoral de la UCD, toda aquella que no era propiamente la más centrista, que ya se había ido en 1982 con los socialistas. Él creó una coalición que es reflejo de su concepción de grupúsculos elitistas de la Política, pues parasitaron de AP los trepas de Alzaga (el PDP) y los de Piñero (UL) creyendo que aportaban algo que solamente existía en la cabeza de Fraga.

Fraga fue rechazado por el electorado. El rechazo era tan claro que, hay que reconocerlo, se percibió a sí mismo como obstáculo, y se marchó en dos ocasiones. En la segunda ya decidió que el partido había que remozarlo, quitar a toda la pléyade de caras del régimen franquista y entregar la organización a la siguiente generación que, siendo ideológicamente fiables, tenían otra imagen. De camino se intentó recoger los restos democristianos que todavía daban tumbos por la política española y que habían conseguido algo en la administración comunitaria.

Había vilipendiado a las autonomías, pero eso no le fue obstáculo para presidir una de ellas sin el menor recato y con más parafernalia que cualquier otro presidente regional. Lo ha sido todo menos a lo que se consideraba predestinado por méritos personales y oposiciones aprobadas: ser Presidente del Gobierno.

Sobre sus responsabilidades en la Dictadura no tengo ganas de pronunciarme. Solamente diré que recuerdo como justificó, no hace demasiado tiempo, no sólo el golpe de Estado de Pinochet sino su ulterior dictadura militar donde las opositoras eran violadas con perros.


Filed under: Celtiberia, Conservadurismo, Democracia Cristiana, Derecha Política, Historia, Partido Popular, Política, UCD
Posted originally: 2012-01-16 10:16:05

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