Los restos de la ciudad informal en la ciudad formal


Los restos de la ciudad informal en la ciudad formal
Informalidades urbanas centrales

La inteligencia de los proyectos de la ciudad está en la estrategia local y compartida en red. Ante los problemas hemos de recuperar el sentido común, escepticismo tecnológico y equilibrio territorial. Se hace impensable actuar solamente en segmentos de la ciudad, debemos entender el global construido como un conjunto calificado donde encontramos tejidos distintos y donde debemos valorar y proteger algunas discontinuidades. En mi opinión no se trata de volver a planificar, sino de actuar con estrategia. El planeamiento urbanístico ha de trazar unas líneas básicas que permitan la recomposición, a la vez que incentive proyectos regeneradores de los barrios y la puesta en valor de la ciudad.

Ya no podemos pensar que tenemos la capacidad de transformar con las herramientas que hemos utilizado hasta nuestros días. La historia nos muestra disfunciones orgánicas y sociales debidas a la incorrecta planificación del siglo XX. Las actuaciones han de ser modestas, replanteables, prolongadas en el tiempo, tender hacia la autosuficiencia y hacia la renaturalización.

La informalidad existe en todas las ciudades, incluso en aquellas que consideramos hechas. No voy a referirme, exclusivamente, a lo que conocemos como "informalidad" en Latinoamérica y sobre lo que tenemos demasiadas respuestas deficientes y propuestas no realizadas. Hemos de afrontar la realidad y volver a analizar, escuchar, dialogar y encontrar un conocimiento que nos permita actuar con parámetros contemporáneos.

Quiero referirme a situaciones locales puntuales que encontramos tanto en la periferia como en el centro de las ciudades. La informalidad se muestra de manera distinta y en diversas posiciones urbanas. Vivimos en un espacio formado por tejidos donde encontramos "informalidades centrales" si consideramos el global de la ciudad construida como el lugar de referencia, pudiendo asociar ésta a tres situaciones:

Primero, espacios en áreas industriales en transformación, donde se construyeron fábricas y residencias ligadas a la actividad productiva.

Segundo, terrenos en redefinición, ligados a las infraestructuras ferroviarias o viarias que suelen ser espacios centrales, donde se ha planificado pero no ejecutado grandes proyectos.

Tercero, conjuntos edificados que se han mantenidos fuera de regulación y que encontramos en espacios marcados por la topografía o en lugares que son intersticios entre barrios consolidados.

Respecto a la informalidad de las ciudades latinoamericanas hay dos grandes diferencias con las europeas: la primera es obvia al tratarse de una dimensión muy distinta, la segunda está en su carácter que no es exclusivamente residencial, en Europa, y que no puede considerarse como un espacio de infravivienda sino como ejemplo de autoconstrucción. En conclusión, nos encontramos en unos lugares de la ciudad que están fuera de regulación urbanística o que están pendientes de la ejecución de un planeamiento urbanístico y que tienen una vocación nostálgica con la tradición.

A estas piezas podríamos denominarlas "microbarrios" y debemos tratarlas con criterios de intervención local para darles valor. Creo que es importante para su reconocimiento dotarlas de un nombre, que por otro lado ya tienen entre sus vecinos -la ciudadanía es inteligente- y asociarlas a una manera de entender la ciudad que no las excluya de la legalidad urbanística.

Se me hace difícil pensar que podemos abordar estas situaciones actuando exclusivamente sobre la vivienda, cambiado viviendas obsoletas por apartamentos nuevos. Algo que mejora la calidad de vida de los residentes pero que, a medio plazo, no los convertirá en ciudadanos. Como tampoco estoy seguro de que las propuestas de generar un tipo de vivienda repetitiva y de emergencia sean la panacea para recuperar barrios informales en Latinoamérica. No podemos abordar estos procesos a través de incorporar vivienda masiva o generando transformaciones radicales ya que no tenemos la suficiente capacidad para atacar globalmente la situación, ni de garantizar la regeneración. El análisis preciso nos dará la clave para la intervención y en mi opinión hay tres factores que se deben aportar y que son:

En primer lugar, la creación de equipamientos de proximidad. En segundo lugar, el cambio de la movilidad, hacia la interconexión con la ciudad y la pacificación interior y, en tercero, la generación de espacio público, como lugar social de relación.

Se debe actuar en aquello que dé valor a lo público, con el fin de generar más actividad urbana que sea apreciada por la ciudadanía a través de procesos compartidos e inclusivos de nueva gobernanza.


Posted originally: 2014-01-20 10:36:24

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