Mientras
la catástrofe nuclear en Japón se agrava, Rusia promueve su negocio de
construcción de centrales nucleares. En dos días consecutivos, los máximos dirigentes del Estado han reiterado su confianza en la energía atómica con dos proyectos pioneros. El miércoles el presidente
Dmitri Medvédev reafirmó sus planes para edificar la primera central nuclear de Turquía. La víspera, el jefe del Gobierno,
Vladímir Putin, llegó a un acuerdo con el presidente de Bielorrusia,
Alexandr Lukashenko, para construir la primera central nuclear en ese país que aún sufre las consecuencias del
accidente de Chernóbil, ocurrido en 1986. El coste de los proyectos será de miles de millones de dólares.