El seductor intergeneracional


El seductor intergeneracional
Miguel Bosé y su gira Papitwo convencen a 10.000 seguidores en el Palacio de Deportes

Suele relatar Miguel, hombre cabal, astuto y documentado, su peliaguda convivencia diaria con Bosé, artista indómito, culo inquieto, tipo voraz y de creatividad desaforada. Bosé es el responsable de algunos discos ingeniosos y arriesgados a su manera, como Velvetina o el reciente Cardio. Y Miguel aplica la lógica contable con Papito y esta secuela, Papitwo, con la que anoche aterrizó ante 10.000 fieles en el Palacio de Deportes. Su intención indisimulada era dar gustito al graderío. Y apenas tardó diez minutos, en cuanto atronó Nena, en conseguir que las butacas resultaran un engorro.

No puede ser casual que Bosé haya sobrevivido a 35 años de modas, modos y modales sin grandes síntomas de agotamiento. Camaleónico como no estamos acostumbrados en el rígido pop español, se le puede ir la mano con la melaza (Olvídame tú, Creo en ti), pero jamás renuncia al espectáculo global. En Papitwo se cuidan los movimientos de músicos y coristas, los desplantes, las sombras, la ondulación de las telas. Y los discursos. “Sentid todo lo que suceda esta noche. Entre los oídos, que los tendréis que abrir. Y entre las piernas, que las tendréis que abrir”, anunció con esa picardía que ha seducido a tres generaciones de mujeres, hombres y lo que se tercie.

Hay alguna severa concesión a la galería, como esa catarata de éxitos primerizos (Te diré, Morir de amor, Don Diablo) que solo se toleran desde la misma indulgencia con la que algunos desempolvan los vinilos de Rick Astley. Pero prevalece el músico versado que cuida el detalle, la escenografía, las proyecciones, espectaculares en Gulliver o Si tú no vuelves. Y el vestuario. No existe otro ciudadano de 56 años que resulte elegante con pantalón fucsia y chaleco de escaques multicolores. Nada de esto funcionaría sin canciones. Algunas son espléndidas: Puede que (con un Pablo Alborán sorprendentemente moruno), Duende y sus travestidos, la épica Nada particular, la inolvidable Si tú no vuelves. Por eso Bosé, el indómito, perdura. Y sin fecha de caducidad a la vista.

 


Posted originally: 2012-10-05 09:08:48

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