Si Ceuta fuese una burbuja, hoy puede decir, casi con absoluta tranquilidad, que está libre del coronavirus COVID-19. Sin nuevos casos desde hace 15 días, sin casos activos ni bajo sospecha y habiendo pasado los 14 días que se le suponen al periodo de incubación, cualquier nuevo contagio sería importado. Ceuta está, sobre el papel, en el mejor de los escenarios posibles a tres días de desactivarse el estado de alarma, a salvo de nuevos focos locales y con todas las camas de hospital, tanto en planta como en UCI, disponibles.

“Hemos ganado una gran batalla y el final de la guerra está cerca”, resume Julián Domínguez, jefe de Medicina Preventiva y de la Unidad de Rastreadores de Ingesa, en conversación telefónica con Ceuta al Día. Pasados quince días, explica, podría darse el caso de detectar a un paciente asintomático que el último día presentase síntomas, o incluso un segundo periodo de incubación, pero, matiza, sería un caso aislado, en absoluto preocupante. Ceuta, hoy por hoy, está libre de coronavirus… Si fuese una burbuja. Pero nada ni nadie lo es; menos en el siglo XXI, en el que la movilidad, de capitales y personas, es la norma.

Así y todo, explica el responsable de Medicina Preventiva, Ceuta le ha ganado la primera batalla a la COVID-19, hemos devuelto el marcador a cero. La partida ha vuelto al 13 de marzo y se ha logrado pasar la peor fase de la pandemia en España con una incidencia baja y sin que el sistema sanitario sufra apenas desgaste. Aunque ha habido que lamentar cuatro víctimas mortales —muchas en cualquier caso— solo 222 personas se han contagiado desde el inicio de la pandemia en Ceuta y solo 14 han precisado hospitalización; y solo 4 ingresaron en UCI. 

Domínguez defiende la estrategia llevada a cabo en Ceuta, priorizando las atención domiciliaria y el aislamiento frente a los test y las PCR, clave para contener la expansión del virus en la ciudad autónoma. “Si tienes fiebre o síntomas, quédate en casa, es lo mejor, las pruebas se harán después”, resume, insistiendo en que esta es también la clave para defendernos de la COVID-19 de aquí en adelante. Si tenemos fiebre hemos de quedarnos en casa, el autoaislamiento en caso de presentar síntomas, principalmente fiebre, debe ser un ejercicio de responsabilidad, una obligación que ha acompañarnos a partir de ahora, subraya, al igual que las mascarillas, el distanciamiento social, evitar las aglomeraciones, especialmente en lugares cerrados, y no olvidar la higiene personal y la limpieza de superficies. Recuerde, si tiene fiebre, quédese en casa. Es la misma estrategia que ha seguido Ceuta y ha funcionado. De hecho, solo falló cuando alguien decidió saltársela.