Arcos Quebrados fue de nuevo la madrugada del martes el escenario del “enésimo apedreamiento” a miembros del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) cuando iban a sofocar un fuego en la barriada. Así lo denuncia UGT que lamenta que una vez más los vándalos “superen en estrategia e inteligencia a los responsables de seguridad”, cuya incompetencia, denuncia el sindicato, “resulta sangrante”.

“¿Tendremos que esperar a que maten a un bombero o a un policía local?”, se preguntan desde UGT con el alivio de que esta vez “afortunadamente sólo el vehículo sufrió daños”. Resulta evidente que el grupo de vándalos y delincuentes que lleva apedreando a estos profesionales de forma reiterada en las últimas semanas superan en estrategia e inteligencia a los responsables de que estos funcionarios trabajen con seguridad”, ironizan, argumentando que “la prueba evidente de que este grupo está perfectamente organizado y con una estrategia predeterminada la tuvimos ayer, cuando provocaron el fuego en un punto y se apostaron a esperar a los bomberos a mitad de camino. Lo que demuestra que si se hubieran molestado mínimamente en investigar estos apedreamientos ya estarían detenidos los responsables”.

Para UGT, “es un oprobio y algo bochornoso que el señor Hachuel siga siendo Consejero de Gobernación. No recordamos una persona más inepta e incompetente y que con el beneplácito del presidente Vivas se permita el lujo de decir necedades en las ruedas de prensa”. Para el sindicato, es una falta de respeto a los agentes de la Policía Local que, “tienen que acudir a estos servicios que este señor en rueda de prensa se manifieste que no les va a dotar de elementos de defensa porque las bolas botan y son muy entretenidas”., lo que a su juicio “demuestra el nivel de conocimientos del señor Hachuel, que ignora que existen múltiples elementos de defensa ante estos ataques vandálicos”

Un problema del que UGT responsabiliza directamente al presidente Juan Vivas, por mantener a Jacob Hachuel al frente de Gobernación y por no exigir al Gobierno central que que cubra las múltiples vacantes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. “Y, cuando finalmente ocurra una desgracia con estos apedreamientos, él será el principal y máximo responsable por omisión y por no velar por la seguridad de todos estos funcionarios, que están bajo sus órdenes y de los que se despreocupa”.