La UPAC genera entre 30 y 40 informes diarios de anomalías o deficiencias en las barriadas


La UPAC genera entre 30 y 40 informes diarios de anomalías o deficiencias en las barriadas

- Alcantarillas que llevaban años estropeadas se arreglan con rapidez o farolas que al fundirse añaden más inseguridad a la zona se reparan ahora en sólo días

- El subinspector de la UPAC, Javier Tizón, y uno de los oficiales, Jaime Hoyos, aseguran que con la mayor presencia policial con la nueva unidad se registrarán menos incidentes

- Tizón garantiza que “el personal de noche no se ha mermado, sino que al contrario, de 10 y 11 horas se han incrementado 14”

- En septiembre ampliarán sus funciones para controlar el absentismo escolar

Beatriz, la mujer del estanco de Los Rosales, aún está intranquila. Hace unos cinco meses que intentaron atracarla en su puesto, anexo a la carretera. Con algo de nerviosismo, narra la anécdota de cuyo recuerdo siente cierta amargura. Ella se encontraba en su quiosco cuando vio a un par de hombres alterados mirando hacia allí y hacia la carretera de forma alternativa. Fue todo en un momento, de pronto cerró la persiana de la abertura de su puesto al tiempo que los dos muchachos se acercaron e intentaron, en vano, meter las manos justo cuando aún la persiana no se había cerrado. Por suerte, nada ocurrió. Pero el susto quedó en su memoria. Desde que la Unidad de Próximidad y Atención al Ciudadano (UPAC) está activa, el agente Jaime Hoyos intenta pasarse por allí cada vez que puede, dentro del horario de servicio a su distrito asignado. Esta mujer afirma que siempre es bueno contar con mayor presencia policial, aunque declara que en el momento en que estos agentes “se den media vuelta”, cualquier peligro puede suceder.

Desde el 16 de Junio la nueva unidad policial intenta ser una más del barrio asignado por cada distrito. No todos la conocen aún, pero ésta va integrándose cada vez más con el ciudadano de a pie de calle para mirar de cerca sus problemas cotidianos. La Unidad de Proximidad y Atención al Ciudadano intenta parecerse a la antigua figura de Guarda Jurado para cumplir una función que lleva años demandándose a través de las asociaciones vecinales.

Benzú con un agente, Príncipe Felipe y Príncipe Alfonso con 2 policías cada barrio, ya contaban con presencia estable de la Policía Local. A estos tres barrios se suman ahora, con la puesta en marcha de la UPAC, otros ocho distritos: Juan Carlos I, Erquicia y zonas de influencia (distrito 1); Rosales, La Reina y zonas de influencia (distrito 2); El Rocío, Terrones y zonas de influencia (distrito 3); Solís, Varela-Valiño, San Daniel, Loma del Pez y calles adyacentes (distrito 4); Polígono Virgen de África, Manzanera, Avenida Madrid, la Estación del Ferrocarril y avenida Otero (distrito 5); el Morro, O’Donell, Miramar Alto y Bajo y calles adyacentes (distrito 6); Sarchal, San Amaro, Alfau, Real 90 y Urbanización Monte Hacho (distrito 7); y Villajovita, Benítez, Parques de Ceuta, Colonia Weil y zonas de influencia (distrito 8).

Estos ‘binomios’ policiales, hay dos agentes por distrito, deben establecer dieciséis contactos diarios con los vecinos. Son 37 agentes en total los que forman la nueva unidad, paseando a pie de calle desde las siete de la mañana a once de la noche en turnos de mañana y tarde, a lo que se añade la presencia del 092 y de la Unidad de Intervención Rápida.

Con una media de entre 30 y 40 informes diarios presentando anomalías, uno de los dos oficiales del turno de tarde de la UPAC, Jaime Hoyos, señala que “desde que se ha montado la unidad, las deficiencias en las barriadas se han ido solventando con más rapidez y mayor fluidez”. El oficial reconoce que, en tan poco tiempo, no se puede hacer una valoración concreta, pero “por lo que yo hablo con ellos la gente está contenta, por lo que parece ser que está funcionando”.

Un servicio gratificante

Se trata de un trabajo preventivo, pues, tanto el subinspector del turno de tarde, Javier Tizón, como Jaime Hoyos, concluyen que si se aumenta la presencia policial, se evita que se cometan mayores incidentes ilegales. El inspector de la UPAC, José Jaime Cabrillas, garantiza que este incremento no crea alarma social, puesto que la unidad también ofrece servicios humanitarios. “Hemos tenido servicios gratificantes”, cuenta Cabrillas al narrar la anécdota de un hombre al que lograron salvar la vida al encontrarse inconsciente y a punto de fallecer, o al tener que llevar a un anciano a su cama por encontrarse incapacitado.

El Inspector también quiere hacer constar la gratitud que tienen algunos de los caballas con la UPAC a través de la nota de prensa que envió el presidente de los Rosales, agradeciendo su labor, al igual que la carta que entregaron con 20 firmas los vecinos de Juan Carlos I.

El objetivo de la creación de esta unidad es que sea el propio policía quien va en busca del ciudadano, y no a la inversa, para atender sus problemas y quejas con un trato más cercano.

Aunque reconocen que en un principio hay mucha gente reacia a tratar con la policía, “la satisfacción de este trabajo es que una mujer tenga una incidencia y que al día siguiente la veas y te dé las gracias”, se enorgullece el policía Hoyos.

Una vecina de Juan Carlos I, cuyo nombre no ha deseado revelar, se queja del escándalo que originan unos niños en celebración del Ramadán, desde que terminan de cenar hasta altas horas de la madrugada.

Sandra Obispo, dueña de un quiosco de la Pantera, dice que, desde hace poco, no ha escuchado que apedreen el autobús que pasa por ahí, cosa que siempre suelen hacer.

Serafín Heredia, alias ‘El Gitano’, en la barriada Erquicia declara que “lo que hacía falta aquí era más vigilancia”. Afirma percibir a los jóvenes rebeldes más controlados y que tienen ligeramente más limitadas sus “fechorías”.

Paco, el hombre del quiosco del mismo barrio, agradece al agente Hoyos el arreglo de la alcantarilla situada en la carretera anexa a su puesto, la cual llevaba cuatro largos años rota y produciendo ruido y molestias a los alrededores. También le comunica del mal estado de la farola que hay en medio de la carretera, preocupado por su posible derrumbe. El policía toma nota. De la misma forma amistosa, le informa que, a partir de las 11 de noche del pasado miércoles, escuchó amenazas de muerte y de acuchillar a alguien por parte de uno de los vándalos de la zona. Jaime asegura comunicarlo al 092, las unidades competentes a partir de esa hora.

“Tú no te presentas allí como ‘el policía”, explica Hoyos para transmitir la intencionalidad que se busca en el trato con el ciudadano. Cuando estos agentes se familiarizan con los integrantes de un barrio en concreto durante como mínimo un mes, éstos tienden más a abrirse y a contarle las incidencias de la zona, además de una observación más directa en la que se pueden apreciar más detalles que antes, patrullando con el coche, pasaban más desapercibidos.

“Antes iban siempre por la misma zona y no siempre miraban”, aclara Javier Tizón refiriéndose a como se patrullaba antes. Por ejemplo, no habrían visto a las cinco y media de la tarde del jueves que habían roto la ventanilla de un vehículo estacionado junto al Instituto Campoamor para robarle el radiocasete, lo que podría haber ocasionado el robo de más objetos.

De este modo, la policía va conociendo los problemas más comunes en las diferentes barriadas. Casos como el simple hecho de que se funda la bombilla de una farola que provoca ausencia de iluminación en una zona ya de por sí peligrosa, o, la acumulación de escombros que, de otro modo, se dejan pasar meses en el mismo estado, se solucionan con mayor rapidez con la intermediación de estos agentes. También se aseguran de mano de sus vecinos, de quiénes son los que causan más molestias, a la vez que se intenta evitar que ocurran sucesos desagradables con el aumento de la presencia policial, el consumo de drogas “o que incluso se llegue a conocer al mafioso del barrio”, argumenta el inspector de la unidad, José Jaime Cabrillas. Por ello es por lo que estrechan su colaboración con otras unidades, como Brigadas Verdes y servicios de limpieza y mantenimiento, Guardia Civil, Policía Nacional, Tráfico, Seguridad Ciudadana, y la UIR.

Los Cuerpos de Seguridad se mantienen en el mismo número

Mientras que unos se han integrado a la policía de barrios de forma voluntaria, otros han tenido que trasladarse forzosamente. Las unidades se han dotado sobre todo con agentes del 092 y de tráfico, por lo que aún no se han abierto plazas nuevas para la incorporación a este nuevo cuerpo.

“En algunas unidades, como las de Tráfico, tenía que haber 20 agentes y había 28”, asegura Javier Tizón ante los ingentes rumores acerca de si ha disminuido la capacidad de otros cuerpos del orden. “Ahora mismo estamos mejor aprovechados”, aclara el subinspector en relación a la distribución de los miembros de la Policía, comentando que son agentes con seis años de experiencia como mínimo los que forman la nueva unidad.

“El personal de noche no se ha mermado, sino al contrario, de 10-11 horas se ha incrementado a 14, con la UIR y el 092, que son los que hacen el servicio de noche”, se defiende Tizón ante algunas de las quejas recientes de los ceutíes. También recuerda, que además de los servicios de la UPAC, en cada barriada se siguen coordinando estas otras dos unidades además de la policía nacional.

Otros servicios no tan reconocidos

Además del contacto directo y diario con el ciudadano y la vigilancia, que ha sido lo más destacado, la UPAC se encarga de otras funciones propias de la Policía Local, como las de tráfico, atención a la alteración del orden público, requerimientos del 112, de la venta ambulante, materias administrativas, control y visitas a locales, además de la figura del ‘policía tutor’. Esta última, que se pondrá en marcha cuando comience el periodo escolar, tratará de controlar los problemas relacionados con los menores y de los que se pueda percibir en los colegios, como el absentismo escolar. A través del contacto con directores de escuelas o jefes de estudios cada dos semanas, la policía podrá detectar, mediante una investigación, casos de drogas o incluso problemas familiares que tenga el niño, como casos de maltrato doméstico.

La UPAC genera entre 30 y 40 informes diarios de anomalías o deficiencias en las barriadas


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