Un día sí, otro también hay un acto en la Sala de Usos Múltiples de la Biblioteca Pública del Estado ‘Adolfo Suárez’ de Ceuta. Exactamente 385 eventos en los 303 días que estuvo abierta al público en 2016, lo que equivale a 1,2 actos culturales al día por los que pasaron más de 20.000 personas a lo largo del año.

En solo tres años de vida la Biblioteca se ha convertido en el epicentro  cultural de la ciudad.  Y es que hay libros, claro, y muchos, y DVD y música y salas de estudio, por descontado; pero también es cineclub, sala de exposiciones, referente en conferencias y  mesas redonda, refugio de recitales poéticos y ocasionalmente sala de conciertos, es sala de prensa a demanda y hasta local de asambleas políticas.  

Tenía que ser una Biblioteca Pública del Estado, y lo es, pero de paso se ha convertido en el centro cultural que necesita la Ciudad Autónoma. Desde que abriera sus puertas en 2014 han pasado casi 50.000 personas  por más de 600 eventos, una media de 80 personas, lo que equivale a llenar su Sala de Usos Múltiples.  Mario Vargas Llosa, Eduardo Mendicutti, Lorenzo Silva, Espido Freire son algunos de los rutilantes nombres que han pasado por la Biblioteca, y los que vendrán, entre ellos Luis García Montero o Benjamín Prado este mismo año.

Y todo con un presupuesto exiguo, que obliga a continuos malabarismos”, suspira su director, José Antonio Alarcón. La receta es la suma de mucho esfuerzo, más pasión, “mucha imaginación” y la colaboración e implicación de muchos ceutíes de a pie, admite.

La explicación a estos números –además de la necesidad de más actividad cultural y espacios dedicados a la cultura en la ciudad- está en varios factores. Por un lado, la política de puertas abiertas de la Biblioteca, que la ha convertido en punto de encuentro para asociaciones e incluso partidos políticos como Ciudadanos o Podemos, que han celebrado sus reuniones y asambleas y usan sus instalaciones para actos y ruedas de prensa, al igual que muchas oenegés y asociaciones.

Pero también el edificio tiene parte de culpa. Las visitas guiadas al edificio, que alberga en su interior el yacimiento de Huerta Rufino,  son buena parte del volumen de asistentes, y aunque no llevan el ritmo del primer año, cuando no daban abasto,  la biblioteca sigue ejerciendo un embrujo especial a propios y extraños.  En tres años han pasado más de 400.000 personas por sus instalaciones, 136.000 en 2016, ampliando cada año sus horas de apertura, pasando de 288 en 2014 a 303 el pasado año al tiempo que crecía el número de usuarios, pasando de 4.235 usuarios adultos activos en 2014 a 4.629 en 2016. Más acusado es el incremento de usuarios entre los niños y jóvenes, pasando de 3.307 a 5.417 en 2016. Y hablamos de usuarios activos, si nos atenemos a los usuarios inscritos la cifra sube a casi 22.000. Pero claro, tener el carné de la Biblioteca es gratis, no como el gimnasio.